Recuerdo los comienzos de los años 80 cuando empezaba a ver fútbol siempre me llamaba la atención algo que hoy día está tristemente ya casi en deshuso.
En aquella época era casi normal en todos los jugadores verlos golpear el balón con el exterior del pie. Y aunque extrañamente para muchos se tenga la concepción de que es un recurso, para nada lo es; se trata de una superficie que quien la domine, no sólo constituye una poderosa arma técnica sino que es de una gran plasticidad contemplar este, para mi, majestuoso golpeo.
Recuerdo a grandísimos jugadores que lo son más al utilizar todas las superficies de sus pies, cosa que, repito, de no utilizarse (igualmente constituye un déficit en edades formativas) es, indiscutiblemente, infrautilizar una superficie muy fructífera para el juego del fútbol.
Beckembauer (lo ví poco), Martín Vázquez (espléndido el control que tenía de este golpeo), Laudrup (sus golpeos de exterior aderezados con su mirada al tendido pasarán a la historia)......y ahora, Modric.
Se trata de un futbolista que domina a la perfección este golpeo. Es todo un espectáculo contemplar sus pases de exterior. Lo ejecuta desde parado y en carrera con toda naturalidad. Basta verle acomodar su cuerpo para golpear constituyendo no sólo toda una delicia sino una gran operatividad para el fluir del juego de su equipo.
Desde aquí animo a los entrenadores a que en edades formativas no dejen de iniciar a los chic@s en este golpeo, para su conocimiento y ejecución normalizada a la vez que me congratulo que jugadores de primer nivel como es el caso de este magnífico centrocampista haga cátedra de esta forma de golpear para regocijo de todos los que, como en mi caso, el fútbol es un modo de vida.
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