Un partido como este es imposible pasar por él sin hacer comentario, por supuesto, futbolístico (lo de la grada y lo político ya dí mi opinión por lo que este tipo de las valoraciones ya lo dejo para otros). Es ya la 3ª convocatoria de esta temporada y cada vez que se cruzan es el partido del siglo. Los dos encuentros anteriores dieron al traste con la consecución de la Supercopa para el Madrid evidenciando, no sé si un cambio de ciclo pero sí una ausencia del dominio del juego que había obstentado el Barça en temporadas anteriores.
Como cada partido es diferente, éste se presentaba con 8 puntos de ventaja del Barça sobre el Madrid en una liga que ha comenzado mal para los blancos y que los azulgrana tenían ocasión de sentenciarla a falta de 7 meses. Como "todo el mundo" vio (los que reniegan de tanto Barça-Madrid así como los que siempre lo esperamos con sed de fútbol), el resultado fue de 2-2 que sigue dejando en clara ventaja al Barcelona aunque no finiquitada. Y hay algunos asuntos del partido de los que me gustaría hablar:
1- Tito no es ni mucho menos Pep. Por mucho que nos quieran vender la moto del continuismo de la filosofía, procedimiento de trabajo.....Tito no es líder del vestuario como lo era Pep y eso lo aprecia el jugador por muy profesional que sea. La exigencia de un líder da para agarrar a Messi y sacarle aún más punta a la afilada cuchilla que tiene en su bota o para hacer convencer a este equipo, extasiado de triunfos, que aún se puede hacer mejor. Pero ésto no ocurre, el Barça no tiene la misma hambre, sus posesiones no son tan abrumadoras, su rigor defensivo no es tan insistente, aunque tengan que hacer encajes de bolillos para aglutinar 4 defensores (su mala planificación en esta faceta le ha llevado a ello). Lo peor que le puede pasar a Tito es que encima se agrande con los resultados o juegue a ser Guardiola. Lo siento pero no, no es lo mismo. Este vacile le da para no controlar la lengua y ser mesurado en ruedas de prensa despotricando contra jugadores rivales, árbitros o refugiarse, cual perdedor, en circunstancias del juego como las bajas por lesiones. Ahora estamos comenzando, pero cuando lleguen momentos importantes o de debilidad y la plantilla busque refugio y timón en su entrenador se va a encontrar que no está Pep para guiarles, sino alguien en quien en su liderazgo no confían.
2- Es malo que Casillas y Valdés se sientan siempre titulares. No es bueno el acomodamiento de un jugador a la titularidad sin observársele progresión continuada. Y creo que es el caso actual de estos dos porteros. Saben y se sienten titulares e inmóviles de su posición en todos los partidos. Observo que desde que ha empezado la temporada han tenido errores de conceptos propios de futbolistas que no se sienten exigidos por la competencia en su puesto. Casillas reacciona tarde, no comunica lo suficiente y con el pie sigue siendo precario (con lo importante que resulta el juego de pies para un portero del fútbol actual). Valdés no insiste en su juego en su juego de pies como antes, se suele ubicar últimamente mal y está raramente fallón en balones por alto). Creo que les conviene una mayor exigencia o un reciclaje de auxilio si no quieren estancarse.
3- Maravilloso tener entre nosotros a Cristiano y a Messi. Aunque estemos hablando de un juego de conjunto y que siempre el todo es mayor que la suma de sus partes, en este caso estamos hablando de partes muy particulares. Messi-Cristiano, Cristiano-Messi, hacen cosas que no hacen los demás y que nunca nadie han hecho siempre, ésto es, cada vez que juegan; marcan goles y la diferencia sobre el resto. Sus repertorios son inagotables y resulta increíble tenerlos en nuestra liga.
4- La falta de pausa genera ansiedad en el Madrid. Me ahogo de ver a Cristiano o Di María realizar tanto slalom y tanto sprint desde el comienzo del partido hasta el final. Y lo que más extraña que no corrija Mourinho es su realización en las zonas donde lo ejecutan. Desde mi punto de vista es una equivocación que estos futbolistas realicen 1 contra 1 en zonas donde puede robar el rival y ser peligroso para su portería, bien por recibir un contraataque o bien por la inesperada falta de equilibrio defensivo que acarrearía. Creo que el juego de estos futbolistas sería más efectivo si invirtieran su energía en una movilidad sin balón en zonas de elaboración para potenciar sus virtudes en 1 contra 1 y desborde en zonas de finalización, donde hace más daño al rival. Creo que el Madrid debería aprovechar estos partidos de alto nivel para medirse y progresar en aspectos como el control del juego y la conservación de balón como alternativa y sosiego de lo que es un ritmo ansioso durante todo el partido.
Aún así, cada Madrid-Barça o Barça-Madrid será un libro en blanco para escribir y todo aquel que le guste este deporte encontrará en ellos alguna razón para llenarse de fútbol.

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