lunes, 3 de septiembre de 2012

CRISTIANO RONALDO, ESTÁS TORPEMENTE EQUIVOCADO

Uno de los trabajos más difíciles que tiene el entrenador con su grupo de futbolistas es hacerles ver que todos son piezas de un puzle y que la contribución que cada uno de ellos haga al objetivo propuesto redundará en el éxito final o en fracaso en caso de que dicho objetivo no sea secundado en cuerpo, mente y alma por todos y cada una de estas piezas de este puzle llamado equipo de fútbol. El entrenador es el encargado de sacar el máximo rendimiento que se le ha de requerir a todos sus jugadores para que lo pongan al servicio del equipo, como también ha de hacerles ver que cada uno de ellos es importante pero más lo es el equipo como un todo (el futbolista muchas veces se equivoca cuando sólo aprecia desde una imagen particularizada sólo su "yo" dentro de la generalidad del equipo siendo su campo de visión restringido comparado con el del entrenador como conductor del grupo y con la virtud técnica aprendida de dirección global de todo el grupo). Igualmente, por parte del club al que pertenezcan, han de explicarle la idiosincrasia de éste, su historia y cómo late el corazón de sus aficionados. Sólo de esta manera podrán identificarse plenamente con la filosofía del club para que lleguen a amarlo; siendo así, "si les duele" y conocen verdaderamente el club, les será más fácil dar todo de sí.
Por otra parte, todo club que se precie está organizado jerárquicamente, desde el punto de vista deportivo, con su cuerpo técnico así como grupo de capitanes a nivel de vestuarios y a nivel de club, todo ello supeditado a los dictámenes de un Presidente y su Junta Directiva que rigen orgánicamente el club.
Si los futbolistas, que son el estadío más bajo de esta pirámide, no son conscientes de toda esta organización y pretenden saltarse los pasos de los capitanes, el cuerpo técnico, departamento de prensa, Junta y Presidente, y vulneran este buen orden, deben ser llamado al orden, y dependiendo del caso en cuestión, sancionados o expulsados.
De todos es conocida la personalidad de Cristiano Ronaldo como un genial futbolista, para muchos, junto con Messi, uno de los cracks del fútbol mundial. Se trata de un jugador insaciable, inconformista y que ofrece un rendimiento crucial para la consecución de los objetivos de su equipo, el Real Madrid, pero ha cometido la mayor de las torpezas de sacar trapos sucios del vestuario (en todos los equipos los hay) y mostrar su malestar dentro de éste. Sin afrontarlo ahí dentro y aireándolo, lo único que consigue es división y mal rollo entre compañeros además de que refuerza la idea de vulnerabilidad en algo que debe ser sagrado como la unión interna. No sé cuál será el motivo que esgrime, pero sea cuál sea está tomando una postura totalmente equivocada que si no es corregida y zanjada inmediatamente, las consecuencias serán alarmantemente desastrosas deportiva y socialmente.
El Real Madrid es mucho más grande que cualquiera de sus miembros que efímeramente pueda pertenecer a este club (se suele dar la paradoja y siendo extensiva a todo tipo de instituciones donde el elemento de turno cree hacerse dueño, ombligo de la misma y donde cree que puede manejar el pensamiento de todo un colectivo a favor de tu causa). Es preferible y aconsejable SIEMPRE la buena salud y la firmeza de la institución al chantaje de cualquiera de sus miembros (siempre que, por supuesto, la circunstancia no sea loable a favor del jugador), incluido del calado de uno de los mejores futbolistas que quizás vaya a tener jamás este club.
Si su deseo es marcharse, allá adonde vaya no será tan grande como lo es su actual club y si se queda no le queda más remedio que someterse al juicio sumarísimo e implacable del Bernabéu que dictará una dura sentencia. Él tiene tiene la palabra sobre lo que, parece ser, su infantilismo capricho desea.

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