lunes, 13 de agosto de 2012

PENSANDO

A pocos días de finalizar mis vacaciones de 15 días en casa, al resguardo de unas temperaturas casi inhumanas, disfrutando de la tranquilidad que supone "no tener hora" y a punto de comenzar una nueva temporada futbolística, creo que se trata del mejor momento para sacar conclusiones. Aunque todo el mundo aproveche el final de un año y el comienzo del otro para hacer nuevas promesas, propósitos de enmienda, reflexiones, balances y conclusiones, en mi caso, aprovecho las vacaciones para ello. En esta ocasión había un evento que casi copaba toda mi energía que era otra cosa que mi boda, pero habiendo pasado ésta y asentado ya en lo que será mi nueva forma de vivir en un lugar diferente a lo que ha sido mis 38 años anteriores, mi demanda, así como mi maquinaria interna, se aceleran en la búsqueda de nuevos proyectos y nuevos horizontes que conquistar. He ido repasando cada asunto en los que me he equivocado para anotarme no caer de nuevo así como sigo rebuscando en mi interior cómo ser mejor y qué aportar tanto a los que tengo cerca mía como al resto de la sociedad.
"Que el hombre es un lobo para el hombre" ya lo sabemos y cada día se manifiesta en todos los ámbitos de la vida, también, y lo que es más sangrante, en muchas ocasiones, también hacemos de nosotros mismos que seamos lobos con nuestro interior. Sólo el conocimiento de uno mismo, ésto es, nuestras debilidades principalmente, hará que cuando éstas surjan no nos hostiguemos o lo que es peor, nos escudemos en ella defendiéndolas en vez de reconocer que es un mal proceder, llevándonos así a limitarnos como ser humano perverso.
Como mi reflexión me llevaría frases interminables y textos casi cansinos lo dejo mejor para los millones de conexiones que pueda llegar trabajarse en mi cerebro aunque no puedo dejar de promulgarme a mí mismo que tenemos una deuda pendiente con nosotros mismos y el mundo; no podemos conformarnos con lo que somos, podemos ser mejores y sólo en nosotros está la llave maestra que pueda abrirnos nuevos caminos. Mi tarea diaria será trabajar incansablemente, y con la idea clarísima, para aspirar a ser mejor compañero, amigo, mejor entrenador y mejor persona, y también como alguien que tiene autoencomendada la tarea de la autorrealización diaria. En mi contra tendré nuevamente el reloj (quiero hacer demasiadas cosas) y las circunstancias externas, que siempre están ahí, y que nunca deben ser excusa ni lamento para no alcanzar los objetivos propuestos.

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