El curso escolar ha supuesto un esfuerzo
para los ojos de nuestros hijos, ya que han tenido que enfrentarse a muchas horas
de clase y atención, a leer, estudiar, estar ante la pantalla del ordenador,
hacer deberes en casa...
Lo que muchos padres desconocen es que las malas notas
o el bajo rendimiento puede, en ocasiones, estar motivado por defectos visuales que impiden seguir el ritmo exigido en cada
asignatura, ya que no atienden igual a las explicaciones de la pizarra,
ni leen con la rapidez adecuada, lo que les supone un motivo de desconcentración
y frustración.
Si no hay problemas evidentes desde el nacimiento ni graves
antecedentes familiares, se recomienda
una primera visita al oftalmólogo infantil a los tres años. Con
una atención temprana es más fácil coger a tiempo cualquier anomalía. Si se
determina que el niño debe usar gafas, no debe suponer un trauma ni para los
niños ni para los padres.
Consejos
a la hora de estudiar
Se recomienda estudiar con la espalda recta y mantener una distancia con el
libro de unos 30 a 50 centímetros. Hay que intentar que la luz sea siempre
natural y, cuando no pueda serlo, debe venir de detrás y no crear sombras. Como
también los niños pasan muchas horas frente a la pantalla del ordenador se
produce una disminución del parpadeo y sequedad ocular. En estos casos, es conveniente hacer varios descansos y utilizar suero
fisiólogico para reducir el enrojecimiento y el picor de los ojos.
Cuándo hay que acudir al especialista
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