Habiendo vivido el episodio más cruento y flagrantemente sesgado de cuantos se hayan podido dar en la justicia, y no sólo a la deportiva me refiero, Alberto Contador fue abordado en su domicilio en el día de ayer a las 7'00 de la mañana para someterse a un análisis de sangre por varios vampiros de la AMA (Agencia Mundial Antidopaje). Nuestro ciclista aceptó de buen grado este "atraco" y como buen deportista que es, acepta las "inaceptables" por irracionales que son estas reglas de juego de este deporte.
Y digo yo, ¿puede un organismo deportivo ser más cruel?. ¿Qué buscan, a esa hora, de un corredor que se entrena por sí mismo y no puede tener contrato con ningún equipo al estar sancionado?. Se trata de un atentado a la intimidad. Claramente van por él en lo que es la persecución más encarnizada jamás vista contra un deportista. Hay que recordar que se trata de un ciclista sancionado injustísimamente (a día de hoy nadie ha demostrado su culpabilidad arrebatándole, desde mi punto de vista, alevosa e intencionadamente, de un Giro, un Tour y la posibilidad de participar en este de 2012 donde todo el mundo sabe que iba a ser campeón también).
Volverá este año en la Vuelta a España y esta sarta de envidiosos corruptos volverán a no dormir tranquilos cuando sepan que el pinteño merodee de nuevo el año que viene los Campos Elíseos y, con mucha probabilidad, vuelva a levantar su brazo con el leoncito en mano. Adelante Contador.
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