Jaén está aprovechando todo lo sobrante en la elaboración del aceite para investigar sobre dicha energía, la biomasa. Desde la Universidad de Jaén se está avanzado notablemente en el aprovechamiento energético de los desechos de la poda del olivar, algo que promete tener un interesante potencial de aplicación para las poblaciones de la región. Y es que uno de los grandes desafíos a los que se enfrenta el desarrollo de la biomasa, es el de aprovechar el máximo de materias primas que a su vez son desperdicios en la elaboración de diversos productos. El proyecto de la Universidad de Jaén, respaldo con el aporte económico de 130.000 euros por parte de la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia, persigue desarrollar la gasificación como una técnica más en la transformación energética de los residuos de la industria del olivar. A partir de biomasa (compuesta por astillas de poda de olivar, hueso de aceituna y orujillo) se pone en marcha un proceso químico que genera un gas de síntesis (también conocido como «gas pobre»). Este gas está compuesto por diferentes elementos como hidrógeno, monóxido de carbono, dióxido de carbono, metano y nitrógeno, y es viable para ser utilizado tanto en motores de combustión interna como en microturbinas para la generación de energía eléctrica. Como veis, del olivo como en el cerdo, se aprovecha todo: hojas, astillas, huesos… Y lo mejor de todo esto es, sin dudad, que el sector energético “verde” es el más beneficiado… ¡Gran noticia!
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