Max Tegmark (nacido el 5 de mayo de 1967) es un cosmólogo Sueco - Estadounidense. Tegmark es profesor en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y pertenece a la dirección científica del Instituto de Cuestiones Fundamentales. Tegmark también ha formulado la "Última teoría de conjunto de todo", cuyo único postulado es que "todas las estructuras que existen matemáticamente también existen físicamente". Esta simple teoría, sin ningún parámetro libre en lo absoluto, sugiere que en aquellas estructuras lo suficientemente complejas como para contener sub-estructuras concientes de sí mismas (SSAs por su término en inglés), estas SSAs se percibirán subjetivamente a sí mismas como existentes en un mundo físico "real". Esta idea es formalizada como la "Hipótesis Matemática del Universo" en su documento The mathematical universe, una versión corta de la misma fue publicada como "Guarda silencio y calcula.
Max Tagmark habla de una manera muy creativa del Universo. Y no lo hace en singular, sino en plural. Habla de un Multiverso. De una serie de universos paralelos en los que podría haber otro lector como tú vestido de una determinada manera, y en otro multiverso estarías vestido de otra diferente, y otro de otra. Y en esos multiversos podría haber condiciones físicas diferentes y posibilidades diversas. El agua en una botella se podría considerar como una materia liquida con una temperatura acorde con la del medio exterior: Pero esto sería para un individuo que no hubiera visto nunca el hielo, o el vapor de agua, o la niebla de agua pulverizada. Según la física cuántica, los átomos no tendrían solamente una posición en el espacio, sino varias simultáneas. De manera que tú podrías tener un duplicado de tus átomos, que formase una figura igual que la tuya, pero de la no tuvieras ni conocimiento, ni conciencia. Y así hasta un mundo de posibilidades. Pero todas contempladas bajo el punto de vista matemático. Son las matemáticas las que pueden explicar todo el Universo o Multiverso. Las matemáticas con leyes distintas en cada uno de los universos. De tal forma que habría que ir creando ecuaciones que se fueran adaptando a la estructura total del Multiverso. Total, que en medio de toda esta complicación en la que una partícula se puede portar como tal o como una onda, de tal manera que cuando la observamos está quieta en forma de partícula, pero en cuanto apartamos la vista de ella empieza a ondular y se porta como una onda. En toda esta complicación en la que un rayo de luz compuesto de electrones, atravesando un cristal, refleja el foco en dos puntos diferentes, pero no porque unos electrones elija un destino y otros electrones elijan el otro; sino porque cuando llegan al punto de reflejo, los electrones se duplican y cada uno va a uno de los dos destinos. Pero, para complicar un poco más el asunto, no son dos electrones, sino el mismo que elige estar en dos sitios s la vez. Verdaderamente estamos en pañales. No sabemos nada de nada de lo que nos rodea, y muchos listos se empeñan en dogmatizar. Ellos están satisfechos mintiendo o creyendo que lo que dicen es cierto. La humanidad tiene la extraña manía de considerarse en posesión de la verdad y constituirse en el centro del Universo. Al principio la Tierra era el centro matemático del Universo conocido, que era la Vía láctea. Luego se averiguó que el centro era el Sol, alrededor del cual giraban los planetas, entre ellos La Tierra. Por fin sabemos que el sistema solar no es centro de nada. Simplemente es un mínimo sistema que se encuentra en una de los brazos de nuestra galaxia, que es una de los millones que hay en el Universo. Nuestro gozo en un pozo. Y, encima, podemos tener duplicados en universos paralelos. Y una acción emprendida en éste y frustrada, puede completarse en otro universo paralelo. Me entra complejo de ignorante total con estas hipótesis de trabajo que no sabe nadie a dónde llegarán. Al final lo mejor es no elucubrar y no discutir. Desde hace tiempo se ha inventado el sistema para no hacerlo: Vivir el momento totalmente. Sintiendo tu cuerpo, tu respiración, lo que oyes, lo que ves y lo que sientes en éste momento. Hacer todo lo posible por no vivir en el pensamiento y por no creer que somos nuestro pensamiento. Porque, en realidad, somos lo que pensamos y vivimos como pensamos. Es la única posibilidad de vivir feliz y romper el ego que vive en el pensamiento, que es un auténtico tirano en el que nos movemos, vivimos, sufrimos y lloramos. La única posibilidad es vivir constantemente el momento presente. Sin dejarte volar al pasado o al futuro donde vivimos sistemáticamente. Merece la pena el intento.
Max Tagmark habla de una manera muy creativa del Universo. Y no lo hace en singular, sino en plural. Habla de un Multiverso. De una serie de universos paralelos en los que podría haber otro lector como tú vestido de una determinada manera, y en otro multiverso estarías vestido de otra diferente, y otro de otra. Y en esos multiversos podría haber condiciones físicas diferentes y posibilidades diversas. El agua en una botella se podría considerar como una materia liquida con una temperatura acorde con la del medio exterior: Pero esto sería para un individuo que no hubiera visto nunca el hielo, o el vapor de agua, o la niebla de agua pulverizada. Según la física cuántica, los átomos no tendrían solamente una posición en el espacio, sino varias simultáneas. De manera que tú podrías tener un duplicado de tus átomos, que formase una figura igual que la tuya, pero de la no tuvieras ni conocimiento, ni conciencia. Y así hasta un mundo de posibilidades. Pero todas contempladas bajo el punto de vista matemático. Son las matemáticas las que pueden explicar todo el Universo o Multiverso. Las matemáticas con leyes distintas en cada uno de los universos. De tal forma que habría que ir creando ecuaciones que se fueran adaptando a la estructura total del Multiverso. Total, que en medio de toda esta complicación en la que una partícula se puede portar como tal o como una onda, de tal manera que cuando la observamos está quieta en forma de partícula, pero en cuanto apartamos la vista de ella empieza a ondular y se porta como una onda. En toda esta complicación en la que un rayo de luz compuesto de electrones, atravesando un cristal, refleja el foco en dos puntos diferentes, pero no porque unos electrones elija un destino y otros electrones elijan el otro; sino porque cuando llegan al punto de reflejo, los electrones se duplican y cada uno va a uno de los dos destinos. Pero, para complicar un poco más el asunto, no son dos electrones, sino el mismo que elige estar en dos sitios s la vez. Verdaderamente estamos en pañales. No sabemos nada de nada de lo que nos rodea, y muchos listos se empeñan en dogmatizar. Ellos están satisfechos mintiendo o creyendo que lo que dicen es cierto. La humanidad tiene la extraña manía de considerarse en posesión de la verdad y constituirse en el centro del Universo. Al principio la Tierra era el centro matemático del Universo conocido, que era la Vía láctea. Luego se averiguó que el centro era el Sol, alrededor del cual giraban los planetas, entre ellos La Tierra. Por fin sabemos que el sistema solar no es centro de nada. Simplemente es un mínimo sistema que se encuentra en una de los brazos de nuestra galaxia, que es una de los millones que hay en el Universo. Nuestro gozo en un pozo. Y, encima, podemos tener duplicados en universos paralelos. Y una acción emprendida en éste y frustrada, puede completarse en otro universo paralelo. Me entra complejo de ignorante total con estas hipótesis de trabajo que no sabe nadie a dónde llegarán. Al final lo mejor es no elucubrar y no discutir. Desde hace tiempo se ha inventado el sistema para no hacerlo: Vivir el momento totalmente. Sintiendo tu cuerpo, tu respiración, lo que oyes, lo que ves y lo que sientes en éste momento. Hacer todo lo posible por no vivir en el pensamiento y por no creer que somos nuestro pensamiento. Porque, en realidad, somos lo que pensamos y vivimos como pensamos. Es la única posibilidad de vivir feliz y romper el ego que vive en el pensamiento, que es un auténtico tirano en el que nos movemos, vivimos, sufrimos y lloramos. La única posibilidad es vivir constantemente el momento presente. Sin dejarte volar al pasado o al futuro donde vivimos sistemáticamente. Merece la pena el intento.
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