La experiencia durante esta temporada nos ha demostrado que para llevar a cabo el propósito de ganar cada partido hemos de poner en juego un gran despliegue futbolístico dado que nos enfrentamos a una competencia muy exigente que, como poco, nos obliga a ello.
Soy perfecto conocedor del gran esfuerzo que están desarrollando mis jugadores a lo largo de toda la temporada para intentar agarrarnos a un grupo de cabeza que se nos resiste por un cúmulo de circunstancias, todas ellas inherentes y susceptibles de que puedan ocurrir durante el devenir de una temporada competitiva.
Tanto en cada una de las 83 sesiones de entrenamiento como los 23 partidos competitivos que hemos completado hasta la fecha, el propósito ha sido bien marcado y concreto, la persecución del máximo rendimiento de cada jugador para que sea puesto al servicio del equipo. La tarea no es fácil ya que hemos de buscar el punto común de todas las capacidades de cada uno, las mismas que, a día de hoy, las tenemos un poco mermadas por lesiones, siempre inesperadas, y nuevas incorporaciones que necesitan tiempo para adaptarse a nuestra forma de funcionar. Y todo ello bajo el juicio sumarísimo de la competición que siempre te pone en tu sitio.
Esta jornada nos enfrentábamos al líder, Círculo Don Bosco, un equipo bien estructurado que nos ganó en la ida sacando petróleo de una jugada aislada. Circunstancia que se ha vuelto a repetir en este partido para ganarnos 1-2 en un encuentro pobre en lo futbolístico.
La primera parte fue de continuo tanteo finalizando con 0-1 por una indecisión y fallo encadenado de todo el equipo que aprovechó D. Bosco para marcar relativamente fácil. La 2ª fue otra historia, habíamos de desplegar valentía y arrojo para remontar el partido. Les dominamos y empatamos merced a una excelsa jugada colectiva de nuestros jugadores de medio campo, culminada, también, de forma brillante. Pero, nuevamente, nuestra capacidad actual no nos dió para machacar un marcador que nos castigó, un partido más, con 0 puntos sumados cuando D. Bosco volvió a aprovechar otra de sus contadísimas ocasiones de gol.
Nos vuelven a dar en nuestra linea de flotación aunque nuestro propósito volverá a girar en torno a la exigencia por aumentar el nivel de nuestras capacidades para crecer como futbolistas y obtener el premio del rendimiento como consecuencia de una gran compacidad grupal.
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