A nadie escapa que la vida de un jugador profesional no va más allá de 10 o 12 años y eso en el caso que llegue a esa profesionalidad que todos buscan y que sólo unos cuántos son los elegidos para ocuparla. Son los mismos que si tienen unas grandes cualidades y son tocados por la varita mágica de la fama les llegará muchas otras cosas por añadidura. Serán ídolos en sus clubes, éstos ingresarán buenas cantidades de dinero por que su figura sea imagen de club en anuncios, captación de socios.... Si esta escalera mecánica de éxitos continúa, se desarrollarán deportivamente, obtendrán grandes logros y por consiguiente el agasajo y la consideración de sus hinchas.
La cosa cambia cuando estos éxitos llegan un poco más allá, ésto es, ganan algún título o son mirados en grandes escaparates futbolísticos. Claro, para llegar a todo ello se necesitan horas y horas, sacrificios tras otros, salir de ingentes lesiones que suponían un retroceso en la progresión.....lo que se dice dedicar tu vida al fútbol.
Y cuando se llega a esa cima, los cantos de sirena resuenan desde todos los puntos.....es señal que el jugador es considerado una estrella del fútbol y como tal ha de cobrar.
Fernando Llorente ahora y no sé cuántos otros que hemos visto y que veremos en TODOS nuestros equipos es uno de esos casos. Se trata de un futbolista que ha llegado a tocar esa bandera en la cima. Cobra en su club 1'8 millones de € (parece un sacrilegio hablar de esos dineros con los tiempos que vivimos pero para el fútbol es casi ridículo) y acaba este año su contrato.
Hay grandes equipos que le cuadruplican estas cantidades (Juve, Arsenal...). Evidentemente el club bilbaíno no puede llegar a estas cantidades y por su impotencia pretende demonizar al jugador con conductas ridículas que provocan la ira de unos aficionados que hasta hace 2 días lo han agasajado. Además, que tire la primera piedra el club que no tantea o negocia para fichar a algún futbolista que tiene contrato en vigor. Que yo sepa, y además digo que es práctica de todos los clubes, sin distinción, "roban" jugadores, de todas las edades, a otros clubes más pequeños. El Athletic lo hace con Real Sociedad, Osasuna, Alavés, Sestao, etc.
Claro está que este argumento carecería de rigor si el futbolista hubiera estampado su firma con unas cantidades por ejemplo el año pasado y le quedaran 2 o 3 años de contrato, pero si hablamos de que en enero puede negociar con quien le plazca, el club no hace más que esconder su pésima gestión del caso. Yo me pregunto: ¿por qué se empeñan los clubes en poner a los pies de los caballos a unos jugadores de fútbol que han de luchar al máximo por obtener rédito personal, deportivo y económico en sus 10 años de carrera?, ¿por qué no son objetivos y realistas?, ¿qué creen que esta gestión es más beneficiosa para el club?. Se equivocan, un club (como muchos otros) no tiene más que reconocer todo lo bueno de su futbolista mientras le haya rendido y venderlo al mejor postor si ya no puede ofrecerle lo que otros sí. Cuando un futbolista renta al club mucho más de lo que le paga, ni aficionado, ni presidente ni directiva se acuerda que pueda haber otro lugar donde el jugador percibiría mucho más y obtuviera más éxitos deportivos. ¿Os es que los presidentes, directivos o aficionados de turno no harían lo mismo en caso de gestión de su propia vida y su futuro?. No seamos cínicos. Que casualidad que el trato hacia Javi Martínez es distinto, porque también se va, ¿no?, pero claro, dejará en caja 40 milloncitos y eso es disculpable. Y me duele porque vuelven a salir de nuestra liga grandes jugadores pero es su vida y su futuro y están perfectamente legitimados para luchar por ellos mismos.
Igual que se exige al futbolista, entrenador....(así debe ser siempre) el cumplimiento del contrato que ha firmado, me parece de una estrechez mental y un gran cinismo no reconocer cuáles son tus límites y demonizar a un jugador que, finalizado su contrato, no quiere volver a ampliarlo y lo peor de todo, utilizar a los aficionados haciendo alardes sentimentales del escudo e ideales del club....venga ya.
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