viernes, 13 de abril de 2012

LA PRESIÓN EN EL FÚTBOL

Llegados a este punto de la temporada en el que se va dilucidar qué equipos optarán a ganar los campeonatos, cuáles lucharán por no descender y los que no se jueguen nada (pocos) estarán pensando en la siguiente temporada, hay entre todo ello un factor dominante, que sólo aquéllos que estén entrenados, preparados y concienciados saldrán victoriosos de este lucha, me refiero a la presión
Más bien, hoy no se entiende la vida sin este término...nos acostamos cada noche con la intranquilidad de la tarea del día siguiente; el día en sí es un ir y venir con la losa de esta presión a nuestra espalda.....nos exigen, nosotros nos exigimos, todo hace que sea un sinvivir continuo. El fútbol no es menos, a todos los niveles y para todos sus componentes diría yo. Se ve de todo por ahí....entrenadores que confunden a sus jugadores benjamines, alevines o infantiles como pequeños Messis o Cristianos y les someten a situaciones límite de una aberrante exigencia (lastimosamente, no son conscientes del daño que le hacen a estos chicos). Incluso en categorías profesionales, en poco más de un mes se pretende de los equipos un rendimiento por encima de sus posibilidades, las mismas a que han sido inalcanzables durante lo que se ha llevado de temporada.
Y, como digo, hay que tener una buena preparación, el temple adecuado y la capacidad necesaria para saber moverse en este tipo de situaciones límite. No es fácil para un entrenador, dirigente o jugador estar sumido en momentos de alta tensión o bajo presión y no recurrir a lo que suele hacerse en estos casos, ésto es,  no realizar un análisis del problema, evasión de responsabilidades acusando a todo lo externo, búsqueda de excusas. Todo ello aboca inexorablemente a unas fisuras que se me antojan permanentes para una futura relación deportiva.
Es en estos momentos cuando el entrenador, como conductor del grupo, ha de realizar un análisis del problema real para atajarlo desde la raíz, debe ser un espejo donde se miren dirigentes y jugadores como modelo de temple, prudencia y sosiego pero a la vez diligencia. Ante todo ha de ser un trabajador nato que resuelva asuntos del juego de su equipo y prepara los partidos al milímetro. Ésto también es sapiencia futbolística.
A día de hoy, sobre todo algunos sectores mayoritariamente de la prensa (será porque no se llenan sus programas o sus hojas de periódicos de titulares) habla mal de Mourinho por no hacer ruedas de prensa, declaraciones..... y nadie se para a pensar que puede seguir una estrategia interna para trabajar la presión con su equipo. Mourinho tiene muchas cosas achacables pero lo que sería de ingenuos es no reconocerle su maestría y experiencia en situaciones de máxima presión, contrastada y avalada a lo largo de toda su trayectoria; o cómo Guardiola habla bajito en sus manifestaciones para que las preguntas que le formulan sean poco intimidatorias e inofensivas; o incluso los Clemente, Lotina, Jiménez, Míchel, Mel, Mendilíbar, Emery.....de turno tienen, todos ellos, a su manera, sus dobles personajes para salir airosos de una, siempre punzante, presión. Cada entrenador y, dependiendo el grado de urgencia que tenga su situación particular, manejará estos temas de una forma u otra, lo que sí tengo claro es la actuación que hay acometer con los futbolistas (reforzándolos positivamente), mostrando prudencia exteriormente y "matándote" a trabajar de puertas hacia adentro. Todo, con tal que, nuestra fiel compañera llamada presión no sea quien maneje nuestros actos sino ser nosotros sus dominadores.

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