Se suele dar en muchos casos en el deporte el acomodarse a situaciones de menor esfuerzo, bien por fatiga física y mental o bien porque no se tiene bien asentado y asumido el concepto de superación continua.
Cuando se realiza una planificación para ejecutarla a lo largo de la temporada se cuenta con que son muchas las sesiones que hay que llevar a cabo durante los 9 meses de competición para que el deportista, en este caso el futbolista, este perfectamente preparado para acometer cada fin de semana en situación óptima la competición.
Hay futbolistas que les cuesta entender que las rentas adquiridas en semanas anteriores (bien porque han hecho un gran esfuerzo en entrenamientos y ejecutado buenos partidos) son aval suficiente para salir victorioso en la siguiente contienda. Nada más lejos de la realidad, no estar predispuesto para la exigencia significa darte de bruces con la pared inapelable de la derrota.
Tres cuartos de lo que cuento le ocurre en el día de ayer a mi equipo, C.D. Diez-Sanlúcar, como bien es conocido por todos, de categoría juvenil. Bien es cierto, aunque nunca va a ser mi excusa, que jugamos en un campo en muy malas condiciones (estadio San Sebastián de la Puebla, césped "natural") y que la adaptación al mismo no se produjo en ningún momento de partido, para la actitud confusa hizo que se tambalearan los conceptos adquiridos, los mismos que nos llevaron a la derrota.
Comenzó el partido tal cuál lo teníamos previsto. Jugábamos en su campo, teníamos la posesión y en varias ocasiones tuvimos cerca nuestro gol, cuando a eso de la media hora de partido ellos se adelantaron aprovechando un fallo de ajuste de espacios. Desde este momento hasta casi al final (y digo casi porque marcamos 2 goles en los 5 minutos finales que maquillaron un marcador de 3-0 que nos hundía en la miseria) el equipo estuvo desconocido. Fuimos un desastre en la ocupación de los espacios, lectura del partido, gestión de los ataques y sobre todo.....sobre todo, dejando entrever un preocupante hundimiento psicológico por el sólo hecho tan inherente en el fútbol como encajar un gol (1-0).
Tendremos que trabajar nuevamente este aspecto para que no se enquiste, además del rendimiento futbolístico. Sabemos que para ganar los partidos hemos de estar todos a nuestra máxima respuesta, si no es así, ya hemos comprobado que no nos va bien (el resultado final fue Puebla 3- C.D. Diez.Sanlúcar 2). Ojalá nos sirva esta lección para despertarnos de que buenas actuaciones anteriores no te dan puntos para el partido en disputa ni siquiera sirve como aval si no se refrenda cada día con más ambición y esfuerzo.
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