Si hay alguna comida que solemos olvidar o quitarle importancia durante al día es, sin duda, la merienda. Y eso no puede ser posible. La merienda es fundamental si queremos controlar los niveles de hambre, mantener la energía del cuerpo y la actividad del metabolismo. Su ingesta puede ayudarnos a adelgazar y en algunas personas como son los niños por ejemplo, ayudará a mantener el cerebro en funcionamiento y a no alterar el proceso normal de crecimiento…No merendar significa reducir los nutrientes en sangre y los sustratos de energía para el cerebro y otros órganos. Además, se incrementan las señales de hambre llegando con un nivel elevado a la cena, momento en el cual aunque debiéramos comer con mucha moderación, y consumimos gran cantidad de alimentos. Para que la merienda sea realmente saludable y conserve su función permitiéndonos mantener activo el organismo, es aconsejable que se componga de algo de proteínas que dan gran saciedad, algo de fibra e hidratos complejos. A continuación, tenéis algunos ejemplos: yogur con cereales y frutas frescas, vaso de leche y tostadas con aceite de oliva, batido de leche y plátano… Por supuesto, quedan descartadas cualquier tipo de bollería industrial o golosinas. Y siempre debemos merendar sentados para no pasarla por alto.
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