Toni Cosano es hoy día un gran entrenador y amante del fútbol como pocos. Le apasiona el Liverpool, el trabajo de Rafa Benítez y el fútbol italiano. Nos conocimos en Melilla donde fuimos compañeros en la obtención del título de entrenador de nivel nacional. Espanyolista y de familia cordobesa, se trata de esos entrenadores que dejan huella en el fútbol con sus estudios e investigaciones. He aquí una muestra. Grande Toni.
REPRODUCCIÓN ÍNTEGRA DEL ARTÍCULO QUE MI GRAN AMIGO TONI COSANO PUBLICA HOY EN SU BLOG http://www.tonicosano.wordpress.com/ y titula "La Fuerza de los líderes".
Todos los animales salvajes que viven en manadas tienen un líder, el animal más fuerte. Existe tanto a nivel humano como animal una relación simbiótica: tú me das seguridad, yo te obedezco y te respeto. Cualquier sociedad o colectivo necesita un reparto jerárquico del poder. Los equipos de fútbol no son una excepción y necesitan también de estos referentes.
En los momentos difíciles durante la competición, la presencia y la participación de este tipo de jugadores es esencial, ya que arrastran y contagian al resto para que saquen fuerzas de flaqueza y superen los obstáculos. En las situaciones favorables todo el mundo responde, pero cuando surgen adversidades hay jugadores que necesitan de alguien que les empuje a dar su máximo rendimiento. Hay muchos jugadores que ante los contratiempos de un partido o una determinada situación se esconden y es en estos momentos donde la intervención de los líderes es esencial debido a su fuerza mental, carácter e inteligencia; éstos tiran del resto para superar entre todos los obstáculos que surgen durante la competición.
El liderazgo lo puede y lo debe ejercer en primera instancia el entrenador como cabeza visible de un colectivo, pero no siempre es así. En el caso que el entrenador ejerza un buen liderazgo, y se gane el respeto del grupo de forma voluntaria por sus conocimientos y su personalidad, el jugador líder es del todo compatible e igual de necesario en un vestuario. La jerarquía ideal de un equipo de fútbol, entiendo que es un buen líder en el banquillo y un buen líder dentro del terreno de juego. Una buena relación del entrenador con él, y la capacidad de ‘ganárselo’ se traduce en un mayor control del vestuario y una importante suma de fuerzas. Son un referente y un ejemplo para el resto y el vestuario los ve así. Ayudan a crecer a sus compañeros, marcan la dirección, sirven de guía… son un reflejo para el grupo que los imita, respeta y obedece libremente.
Siempre he creído que la similitud entre el hombre y el animal es más estrecha de lo que muchos opinan. Nuestros orígenes son los que son y hemos sido mucho más tiempo monos que humanos. Es por ello, que muchos de nuestros comportamientos y de nuestras formas de organizarnos y relacionarnos siguen patrones naturales idénticos a otros seres. En lo más esencial y lo más básico seguimos las mismas pautas y para una buena organización y un buen funcionamiento de un colectivo necesitamos como referentes a los que mejor se adaptan y a los más fuertes para conseguir juntos nuestros objetivos.
Todos los animales salvajes que viven en manadas tienen un líder, el animal más fuerte. Existe tanto a nivel humano como animal una relación simbiótica: tú me das seguridad, yo te obedezco y te respeto. Cualquier sociedad o colectivo necesita un reparto jerárquico del poder. Los equipos de fútbol no son una excepción y necesitan también de estos referentes.
En los momentos difíciles durante la competición, la presencia y la participación de este tipo de jugadores es esencial, ya que arrastran y contagian al resto para que saquen fuerzas de flaqueza y superen los obstáculos. En las situaciones favorables todo el mundo responde, pero cuando surgen adversidades hay jugadores que necesitan de alguien que les empuje a dar su máximo rendimiento. Hay muchos jugadores que ante los contratiempos de un partido o una determinada situación se esconden y es en estos momentos donde la intervención de los líderes es esencial debido a su fuerza mental, carácter e inteligencia; éstos tiran del resto para superar entre todos los obstáculos que surgen durante la competición.
El liderazgo lo puede y lo debe ejercer en primera instancia el entrenador como cabeza visible de un colectivo, pero no siempre es así. En el caso que el entrenador ejerza un buen liderazgo, y se gane el respeto del grupo de forma voluntaria por sus conocimientos y su personalidad, el jugador líder es del todo compatible e igual de necesario en un vestuario. La jerarquía ideal de un equipo de fútbol, entiendo que es un buen líder en el banquillo y un buen líder dentro del terreno de juego. Una buena relación del entrenador con él, y la capacidad de ‘ganárselo’ se traduce en un mayor control del vestuario y una importante suma de fuerzas. Son un referente y un ejemplo para el resto y el vestuario los ve así. Ayudan a crecer a sus compañeros, marcan la dirección, sirven de guía… son un reflejo para el grupo que los imita, respeta y obedece libremente.
Siempre he creído que la similitud entre el hombre y el animal es más estrecha de lo que muchos opinan. Nuestros orígenes son los que son y hemos sido mucho más tiempo monos que humanos. Es por ello, que muchos de nuestros comportamientos y de nuestras formas de organizarnos y relacionarnos siguen patrones naturales idénticos a otros seres. En lo más esencial y lo más básico seguimos las mismas pautas y para una buena organización y un buen funcionamiento de un colectivo necesitamos como referentes a los que mejor se adaptan y a los más fuertes para conseguir juntos nuestros objetivos.
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