Un escaso 5% separa al Yeti, el mítico hombre de las nieves, de convertirse en un ser real. Esta es la sorprendente conclusión de una expedición internacional de científicos que ha viajado a los remotos bosques siberianos en busca de las huellas de la legendaria criatura de aspecto simiesco. Burtsev forma parte de la docena de expertos rusos, estadounidenses, canadienses y suecos que se reunieron el pasado fin de semana en Tashtagol, en la región rusa de Kemerovo. El Gobierno local afirmó en un comunicado que durante su excursión de dos días por las cuevas y picos de la tundra se hallaron pelos, huellas y un lecho del supuesto ser. La existencia del Yeti -o Chuchunya, como se le conoce en estas tierras- jamás ha podido ser demostrada por la criptozoología, que estudia esos animales que según algunos se ocultan. En los últimos años se ha producido en la zona un auge de supuestos avistamientos del Abominable hombre de las nieves, como lo apodó en 1921 el explorador y militar británico Charles Howard-Bury. No obstante, los pueblos ancestrales de Siberia no ven tal maldad en el Yeti, considerado una de las deidades del bosque y a quien los chamanes dedican ritos.
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