Algo clave y fundamental para que tengamos una salud de campeones es la alimentación. No sólo tenemos que elegir productos saludables, sino vigilar que tengan un buen estado. Consumir un alimento que no lo esté puede acarrear graves consecuencias para nuestro organismo y, por este motivo, existen dos medidas para saber hasta donde podemos llegar con los alimentos: fecha de caducidad y fecha de consumo preferente. Ambas fechas marcan la duración del producto, pero no comprenden lo mismo, ya que cada una de ellas tiene una función concreta y está colocada sobre uno u otro producto. De ahí, que queramos resaltar las diferencias existentes entre ambos tipos de fecha. La fecha de caducidad indica el momento en el que ese producto deja de ser comestible y beneficioso para el ser humano. La fecha de caducidad es un valor exacto que todos los alimentos deben llevar y que es importante que respetemos, ya que el producto que lo presenta tiene el riesgo de desarrollar agentes patógenos que representan un potencial mal para nuestra salud. Y por otra parte, está la fecha de consumo preferente, propia de alimentos que tienen un menor riesgo de ponerse malos. Aún así, estos alimentos también sufren el paso del tiempo y se les pone una fecha a partir de la cual el alimento, no está malo y no es un riesgo para el consumo humano, pero sí tiene muchas menos propiedades y nutrientes. Conforme vayan pasando los días respecto a la fecha de consumo preferente, el alimento tendrá muchas menos beneficios y su estado será mucho peor. Por lo tanto, debemos estar pendientes para consumirlo hasta la fecha estipulada y disfrutar de todos sus cualidades nutritivas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario