VAN GOGH, LA MELANCOLÍA DE UN GENIO

«¿Qué es dibujar?, ¿cómo se llega?… Es la acción de abrirse paso a través de una pared de hierro invisible, que parece encontrarse entre lo que se siente y lo que se puede…».Así entendía el arte de la pintura nuestro Vincent Van Gogh. Su vida fue una auténtica lucha interior, perdía el contacto con la realidad y siempre se mostraba triste y melancólico. Vincent Van Gogh fue un pintor holandés, perteneciente a la corriente estética post impresionista. Nació un 30 de marzo de 1853 y falleció en 1890 en Francia, a causa de un tiro en la cabeza que él mismo se realizó; estaba sumido en la más absoluta de las angustias por su fracaso profesional y la dependencia económica de su hermano Theo, quien lo apoyó en todos los sentidos. Vincent Van Gogh pintó cerca de 750 cuadros y 1600 dibujos, lo cual refleja el tesón y la ganas de trabajar del pintor holandés. Sin embargo, la maestría y la calidad de su obra sólo fueron reconocidas después de su muerte, llegando a ser uno de los grandes maestros de la pintura. Fue en Arles (Francia) donde empezó a utilizar ese estilo pictórico que tan bien le define: pinceladas en movimiento, ondulantes, y el uso de colores como amarillos, verdes y azules intensos; sus cuadros expresan una vitalidad física y espiritual. En este sentido, destacamos obras como Dormitorio en Arles (1888, Museo Vincent van Gogh) y Noche estrellada (1889, Museo de Arte Moderno, Nueva York, Estados Unidos), Los Girasoles (1889, National Gallery, Londres), entre otros. Un apunte muy significativo en su biografía fue cuando, en pleno ataque de locura, se cortó una oreja tras una discusión con el también pintor Paul Gauguin. Tras este hecho, ingresó en un hospital psiquiátrico donde permaneció 12 meses. Hoy en día, Vincent Van Gogh es un pintor conocido por todos nosotros. Muchas de sus obras se han distribuido de forma masiva y permanecen inalterables en nuestra mente. No quiero terminar esta noticia sin antes recomendaros la visita al Museo Vincent van Gogh en Ámsterdam, que alberga más de mil pinturas, dibujos y cartas del artista. Yo he tenido la suerte de visitarlo y, de verdad, merece la pena, aunque hay que estar en cola un buen ratito.