El teatro Campoamor de Oviedo fue centro de toda la atención pública por la cantidad de personalidades que se reunieron y sobre todo por la cantidad de emociones que se vivirían. Y cuando todo el mundo estaba expectante a que saliera nuestra selección de fútbol (por cierto, acerté cuando dije que el Barcelona sí enviaría a algún jugador aqunque en un primer momento se negaran y les costase rectificar) a recoger el galardón, un señor que siempre pasa desapercibido muy inteligentemente siendo el entrenador más laureado y con más tíitulos de cuantos hay en este pais, y haciendo honor a su extraordinaria concepción de los valores humanos, se desmarca sacando a Luis Aragonés (aquél que salió de la selección por la puerta de atrás y aquél que no ha dudado en ningún momento en soltar lastres contra el actual seleccionador haciendole críticas injustificadas) a recibir conjuntamente con todo el equipo el extraordinario premio que se les entregaba, dando una lección magistral nuevamente. Todo un detallazo de un gran señor del fútbol y un gran ejemplo de comportamiento en los banquillos y en la vida.
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