A veces, el deporte en general y el fútbol en particular me da sinsabores, tristezas y preocupaciones, no lo niego, pero entrenar cada tarde me transforma, soy yo mismo en toda mi plenitud, es mi pasión y amo lo que hago. Más si es en un marco como el que ven. La alfombra verde del Manuel Leonardo de Pilas me transporta al éxtasis. Es para mi una completa satisfacción y un privilegio pisarlo cada tarde. Gracias fútbol.
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