Imposible no hablar hoy de Pau Gasol y de la Selección Española de Basket como sorprendente sería que este tipo de heroicidades pasen desapercibidas para jurados como el del Pincesa de Asturias, por ejemplo.
Estas gestas son las que han de ser premiadas, las que quedan en la memoria como eternas.
Este tipo llamado Pau Gasol, cansado de ganar, de competir tantos años al mas alto nivel, anillo NBA, Campeón de Europa, del Mundo, Plata Olímpica...con sus 35 años se presenta en este Europeo liderando y abanderando, como icono que es del deporte español, una legión de jugadores jóvenes y algunos otros de la vieja guardia para enganchar nuevamente a todo un país al baloncesto.
Hubiera sido cómodo quedarse en casa (como su hermano Marc) o salir a jugar sólo por completar expediente pero un ganador como él ha cogido el mando y ha dicho: "seguidme".
Estas conductas son las que serán recordadas, las que quedarán escritas y las que el tiempo las hará aún más épicas. Victorias y derrotas hay cientos a lo largo de una trayectoria deportiva siendo inherentes al deporte pero el cómo lo has hecho, qué valores has empleado, cuánto de superación has invertido y a quiénes has llegado con tu ejemplo, todo eso tiene un valor incalculable cuya recompensa queda impresa en los espíritus deportivos.
Un Gasol lesionado, con todo en contra ante Grecia y Francia, teniendo que remontar el marcador, sale y dice: "aquí estoy yo, vamos a ganar". Ésto sí que es una declaración de españolidad ensalzando un sentimiento por los tuyos y por el deporte de tu país, lejos de cuantas batallitas por banderas y territorios que, por desgracia, siguen librándose.
Me quedo con este Pau emulador de nuestro otro gran icono, Rafa Nadal. Ya tienen en común que están por encima de cualquier victoria o derrota, leyendas vivas de este país. Sus heroicidades son encumbradoras de lo que debe representar el fin último del deporte como enseñanza de vida.
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