En una pulgada queda todo...en esos 2,54 cm de un pulgar se dilucidará cuál será nuestro destino. La lucha es ya sin cuartel. Fatan 3 jornadas y todo está por determinar en lo que está siendo el campeonato más apretado de lo que se recuerda en tiempos.
En el caso de mi equipo, el Atco. Sanlúcar, somos conscientes que nuestra excesiva irregularidad, dentro de una, también, irregularidad generalizada de todos los equipos, la cuál está pasándonos factura haciendo que tengamos que pelear hasta el último minuto del último partido.
Convencido estoy que nuestra juventud, motivación y fortaleza mental, seguro, deben ser elementos que nos deben dar cierta ventaja en esta lucha, al menos lo propondremos. Sabemos que nuestro objetivo sólo lo cumpliremos si ponemos altas dosis de hasta donde podamos llegar con nuestro fútbol así como también bastante de lo anterior. Pulgada a pulgada fraguaremos esta meta que tenemos de salir de la amenaza que supone esos puestos fatídicos.
Una pulgada de acierto fue lo que nos faltó para alcanzar los 3 puntos en juego en esta difícil salida a Camino Viejo. Rival muy competitivo y con un juego directo como arma más peligrosa. La misma que, prácticamente de la nada, les llevó a conseguir su primer gol en el m.16.
Aprendida la lección de otros partidos cuando hemos recibido un gol, a pesar de no haber llevado el control en toda la primera parte contagiándonos de un juego que no nos convenía, mi equipo afrontó con gran entereza ir por detrás en el marcador. Siendo así, la situación en el descanso se antojaba casi dramática; por detrás en el marcador y la necesidad acuciándonos nuevamente. Debíamos reaccionar y lo tendríamos que hacer apelando a nuestro fútbol con arrojo, determinación y, si me apuraban, a tumba abierta.
En esa 1ª parte jugamos con 4 centrocampistas y dos delanteros y pasamos a reestructurarnos con 3 centrocampistas eminentemente técnicos y 3 delanteros rapidísimos. Era "ahora o nunca". Puedo decir que dentro del sufrimiento de conseguir remontar, fue una gozada ver cómo se repuso mi equipo, cómo luchaba cada balón (gran partido en general pero particularmente colosales estuvieron los defensores algunos de ellos doctorándose en superación personal), qué nivel de dominio tuvimos y cuántas veces pisamos el área rival (más de 20 veces).
Curiosamente, el empate nos llegó en una jugada ensayada a balón parado. Los 3 puntos no pudimos apuntillarlo a pesar de intentarlo con toda nuestra alma y con todo nuestro poderío físico incipiente en este final de liga.
Seguimos esperanzados en que nuestro ímpetu en cada partido tenga recompensa inmediata en forma de puntos y a pesar de ser consciente de la dificultad en la que estamos inmersos, estoy convencido que pulgada a pulgada saldremos.
Fe en lo que hacéis, equipo, fe.
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