Nuestra pequeña Sofía junto con no sé cuántos bebés como ella desfilaron en el día de ayer, domingo de Candelaria, tras el camarín de la Virgen del Rocío donde fue acercada hasta el manto, señal ésta de amparo y protección. Fue emocionante el momento y seguro en el futuro será un orgullo para ella como lo ha sido para nosotros, sus padres.
Podemos afirmar que ya es una rociera más, incluso ya su abuelo Manuel le ha comprado su medalla.
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