Si hay algo que nos ha servido de base como refugio de nuestro trabajo y posterior consecución de 3 importantes puntos no es otra cosa que la tranquilidad. Y aunque sabemos que en el fútbol se dan cita cada jornada multitud de pequeños detalles que juntos hacen que tengan relevancia en el resultado final de un partido, la base del éxito de mi equipo en esta jornada ha sido, sin lugar a dudas, haberlo preparado desde la tranquilidad. Muchos elementos y connotaciones daban este partido la catalogación de "alto riesgo" (veníamos de perder las 3 últimas jornadas, comenzaba a cundir algún pánico, por supuesto, externo a la plantilla y, por qué no decirlo, alguna que otra duda sobre mi trabajo....).
En cualquiera de los casos, me reitero y me reafirmo, nada iba a sobrepasar a mi tranquilidad ni a la confianza en el propósito al que nos encomendamos y como tal era mi misión contagiar de todo ello a una plantilla que ha sido ejemplo todas estas semanas de compromiso, esfuerzo y exigencia compartida.
El partido, en su globalidad, ha sido un alegato a realizar sobre el campo de fútbol todo lo que se ha preparado en las sesiones de entrenamiento y todo lo diseñado en la caseta. Hemos sido un equipo dominador en todas las facetas del juego, hemos tenido el sosiego para manejar las posesiones y darle el correcto tratamiento en función de la zona del campo en la que nos encontrábamos, ha habido una "superconcentración" en momentos clave (los mismos que nos hiceron perder en partidos anteriores)..... Lo más importante de todo, aparte del magnífico y contundente resultado de 3-0 ante el magnífico y correoso equipo del Trajano, no es sino el triunfo de una idea de fútbol compartida y asumida por toda una plantilla de futbolistas.
Me alegro muchísimo por mis jugadores porque se han preparado con ahínco y determinación en todo lo que hacíamos y, cómo no, también por mis compañeros del Cuerpo Técnico, Josema y Óscar, por su profesionalidad e integridad.
Ayer y hoy habrán sido días de disfrute por estos 3 puntos pero ahí queda, a partir del martes ya es otra historia, otra batalla, otro desafío..........ésto es muy largo. Si la vida me ha enseñado algo ha sido a luchar cada día a tope de mis posibilidades así como a afrontar los éxitos y los fracasos, como algo inherente del deporte y de la vida misma, con el mismo nivel y la misma dosis de tranquilidad y mesura.
Mi equipo y yo prometemos seguir siendo exigentes con nuestro trabajo.
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