De entre los no sé cuantos ecos y opiniones del partido que hemos vivido ayer que ha alzado al Atl. de Madrid como ganador de la Copa del Rey y de lo que, desde este espacio, les doy mi enhorabuena, voy a sintetizar en unas lineas lo que ha constituido para mi entender todo lo sucedido en este partido.
Me gustaría ser rotundo en la tozuda y repetida afirmación por mi parte en la que considero que el fútbol, como un juego que es, vive y se determina a partir de los aciertos y errores. En este sentido me repatea cuando se habla una y otra vez de términos del estilo "es justo vencedor", "ha tenido más suerte".....
En un juego no hay justicia, hay aciertos y errores. Si aciertas más que tu rival y tienes menos errores, ganas, eso es todo. Lo demás no dejan de ser conjeturas, demagogias y faltas de rigor futbolístico. Así, se nos podría plantear el dilema: ¿acertará más, y por tanto ganará, el equipo que tenga mejores jugadores? (en ese caso la figura del entrenador sería secundaria en esta hipóstesis si la encuadramos en la posible relevancia absoluta de la ventaja del equipo que posea a los mejores jugadores) y la respuesta es NO. Ganará el equipo cuyos jugadores ofrezcan el mejor rendimiento para acertar en ese partido. La clave de este juego es crear las condiciones idoneas para ser mejores jugadores/mejor equipo y en definitiva ofrecer más rendimiento en el acierto que tu rival para ganar ese partido en cuestión y ahí es donde resulta fundamental la labor del entrenador.
Se trata, por parte de éste, de un trabajo arduo, duradero y profundo de liderazgo, de cohesión de grupo, de potenciar individualidades para ponerlas al servicio del equipo, de control de las situaciones y de saber dar respuesta desde la sabiduría futbolística como solución para los problemas que se suelan presentar. Todo ésto que expongo es, de un modo genérico, lo que considero de cómo ha de funcionar un equipo para prepararlo a que llegue a obtener rendimiento en el acierto; rendimiento en forma de título como en el día de ayer.
El Atlético ganó porque acertó más que el Madrid. Acertó cara a la portería (2-1), acertó en una mejor preparación del partido; acertó en sobreponerse a un gol en contra; acertó en perseverar en todos los minutos de juego; acertó en confiar en sus posibilidades a pesar de no tener mejores jugadores que su rival; acertó en maniatar mentalmente (eso sí, desde mi punto de vista fuera del reglamento, dándole leñazo tras otro en cuantas aparicones que tenía el portugués; aún así, este futbolista debe estar preparado mentalmente para soportar este tipo de conductas contra él y no caer en la trampa de la provocación ya que, como ocurrió, sale prejudicado su rendimiento y por ende, su equipo); acertó Curtois; acertó en un posicionamiento de continuas ayudas y un cierre continuo de espacios y acertó en creer más en la victoria de su rival.
Mientras, el Madrid falló cara a portería; falló en encarar un partido de esta importancia desde la discordia interna; falló en no hacer todo lo ancho posible el campo con la subida de sus laterales para crear desconcierto en los laterales rivales (tanto Essien como Coentrao no tienen el nivel suficiente para ser los laterales del Real Madrid); falló porque Kedira sigue siendo un jugador insuficiente para jugar en esa zona (casi nula creatividad y su labor totalmente ensombrecida por no ser referencia para el equipo; teniendo en cuenta el rendimiento ofrecido por Modric y la labor sorda de éste en la recuperación del balón, necesita a cerca suya a Ozil. En banda Ozil es casi negativo puesto que ahí su movilidad y su capacidad de asociación queda limitada); falló el Madrid también porque no dio la impresión de trabajar en equipo en una misma idea; falló en la forma de dar respuesta al marcador en contra; falló Albiol o quien no le corrija que un central no puede perseguir a un delantero hasta posiciones tan adelantadas que, caso de comenter un error, como ocurrió, un fatal ejecutado repliegue y balance defensivo permita dejar en tan clara posición a otro delantero rival; falló Mourinho en no saber manejar una protesta al árbitro (en general he de comentar porque me ha ocurrido, los árbitros son excesivamente tajantes cuando se trata de expulsar entrenadores. Ni te avisan ni te advierten, sólo entienden de expulsar cuando se acercan al banquillo. También son más permisivos con unos que con otros); y lo más importante, el Madrid falló en no identificar que no era un partido cualquiera sino una Final que debía llevar hasta un título y en ese sentido no dio la impresión de que tuvieran la fuerza de la fe suficiente como para alzar esa Copa.
Se la llevó el Atlético y es a ellos a quienes toca disfrutarla. Al Madrid le queda la autocrítica, el análisis profundo y explicarle a su entrenador y su máxima estrella que cuando se pierde hay que felicitar al rival y subir a recoger tu medalla mostrando el debido respeto con un saludo a las autoridades porque están en el Madrid en el que sus banderas son la deportividad, el saber estar y el señorío.
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