Qué más decir de dos de los buques insignia de nuestro deporte. Paridos campeones, más que preparados de esfuerzo para ser abanderados de la superación y cubiertos por el manto de la gloria cada vez que se enfundas sus casacas. Monstruos, irreductibles, incombustibles....ganadores por derecho adquirido.
Rafa Nadal, volvió a enseñar a toda la juventud cómo luchar, si cabe, mucho más cuando no te va bien para revertir la situación (levantó un primer set perdido ante un coloso como Del Potro); qué manera de intimidar emocionalmente a su rival. Creo que es el mejor deportista que hayamos tenido nunca en nuestra historia.
Alonso, 3/4 de lo mismo. No sé de dónde saca este tío la virtud de remontar en situaciones extremas y colocarse donde lo hacen los campeones, los que nunca fallan y los que están bañados por el éxito como elegido que es. Quedó 2º pero ha quedado sentado qué manos y qué volante son los que mandan magistralmente en las 4 ruedas.
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