De poco pero que de muy poco fútbol se habla de la edición de la final de la Copa del Rey 2012, es muy triste pero es la absoluta realidad.
Ya su inicio venía cargado de controversia, duda y despropósito por parte de la Federación Española al no designar desde principios de temporada una sede y una fecha. La historia se enrevesó cuando se supo que los dos finalistas eran el Athletic y el Barça. Ambos se apresuraron a señalar el Bernabéu como sede, primero por un motivo de capacidad para albergar a sus aficionados pero, claramente, su propósito intrínseco de más peso no era otro que encontrar presa fácil en la "profanación" del santuario blanco mediante silbidos programados al himno, menosprecios al Rey, en definitiva, una politización absurda del deporte. Ésto es así y quien no quiera verlo o reconocerlo no hace más que negar la evidencia.
Entretanto, legítimamente, el Real Madrid se pronunció al respecto para no conceder su estadio para esta final (recuerdo que el Real Madrid, junto con los mismos Barcelona, Athletic y Osasuna siguen siendo clubes deportivos y no S.A. por lo que pertenecen a sus socios, y son éstos los legitimados para decidir lo que quieren para su club. En este sentido, los socios madridistas fueron tajantes e inmediatos y dijeron NO). Posteriormente, tanto el Barcelona como el Athletic quisieron poner a toda la opinión pública contra el Real Madrid por su decisión negando sibilinamente la evidencia de sus propósitos últimos. Y ya, para colmo, lo que faltaba a toda esta sopaensalá es la aparición de los políticos con su manifestaciones fuera de lugar, ¿cuándo van a dejar los políticos de ocuparse de temas que han de ser resueltos por autoridades deportivas y centrarse más en sus tareas, que bastante tienen por delante?.
Entretanto, en el verde replantado ayer del Calderón, para más inri de nefasta improvisación (de hecho el Barça no lo pisará hasta la hora del partido por viajar el mismo día del partido), se enfrentan dos equipazos de fútbol. El Athletic habrá hecho una temporada magnífica disputando 2 finales, dejando una estela de equipo de futuro con futbolistas apetecidos por media liga y con una manera de hacer fútbol arraigada de la misma esencia de este deporte, concienzuda y preciosista. Mientras el Barça acude, todavía por supuesto, con el crédito que se ha ganado todos estos años por haber realizado el fútbol más cercano a la perfección de lo que se haya conocido pero con la merma de su línea defensiva (le faltan jugadores de la talla de Abidal, Puyol y Alves) también fruto de una mala planificación inicial del mismo Guardiola.
Estoy seguro que será una final bonita con dos equipos que buscarán la portería rival. Estoy deseando ver cómo hasta dónde es capaz de llegar Bielsa con su presión cuando su equipo no posea el balón y cómo puede ser capaz de disputar la posesión del balón al mejor del mundo en esa faceta.
Esperemos, por tanto, que mañana, desde las 22'00 h. hasta su finalización, demos al mundo una imagen de normalidad deportiva y que al día siguiente abran los programas deportivos, periódicos y portales de internet con el magnífico fútbol ofrecido y no con otro tipo de idioteces que deben estar alejadas del deporte y muchos se encargan continuamente de asociarlo.
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