Muchos eran los atractivos de la cofradía del Martes Santo en mi pueblo, Huévar, como para que el tiempo nuevamente la echara a perder como ocurriera tristemente el año anterior. Como ven en la foto (tomada por Baldomero Barrera, cofrade de pro y miembro de la Junta de esta Hermandad), el Señor lució en la noche de ayer lo que será en próximos años su nuevo paso de la autoría del insigne maestro de la gubia, Guzmán Bejarano. Además, el paso estuvo comandado, magistralmente me cuentan (no esperaba menos) por 3 grandes capataces de nuestra Semana Santa, mi buen amigo Pepe, mi primo José Mari y mi cuñado Manolo.
Nada de eso pude disfrutar (lo comprobarán porque no aporto ninguna foto). Desde el Domingo de Ramos hasta el día de hoy he estado en la cama con unas maliciosas anginas perdiéndome así media Semana Santa así como muchos ratos de convivencia con mis amigos para hablar de nuestros temas cofrades aunque he gozado de momentos de tranquilidad junto a mi novia y mis familiares, cosa que no es fácil para mi en condiciones normales.
Pero mañana, Jueves Santo, todo será distinto, desde por la mañana el ambiente será especial, las vivencias se irán acumulando una a una para ya por la tarde habrá que poner en juego todo lo preparado durante tanto tiempo, con la venia de las nubes, que parece que sí. Será mi 23º Jueves Santo debajo de la Virgen de la Sangre (ya es algo) pero vivido igual que el primero de todos. En la 6ª trabajadera estaré para ayudar a mis compañeros de cuadrilla para que cumplamos nuestro objetivo de hacer andar un palio como nosotros sabemos. Nuestra fábrica de sentimientos se pondrá a trabajar con todo el compromiso y la coordinación posibles para llevar emociones a tanta gente que nos espera impacientes.
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