He aquí la relación
de los aparatos de uso doméstico que más energía consumen y los trucos que puedes utilizar para aligerar el peso de tu
factura:
1. Frigorífico: Se lleva la friolera del
30,6% de la energía que consumimos en nuestros hogares y podría resultarnos casi
imposible ahorrar en un electrodoméstico de primera necesidad como este, pero
podemos hacerlo, y de manera sencilla. En primer lugar, debemos asegurarnos de
que la nevera está plenas condiciones de funcionamiento, ya que su estado nos
puede suponer hasta el 25% de la energía consumida. Acciones tan simples como
no dejar la puerta abierta más tiempo del necesario,
asegurarnos de que hemos cerrado bien la nevera o controlar que la temperatura
es la adecuada aliviarán nuestro bolsillo.
Además, debes saber que introducir alimentos excesivamente calientes incrementa el «esfuerzo» del
frigorífico por enfriar y consume más. Otras acciones serán mantener el aparato
en óptimas condiciones de funcionamiento (limpiar las bandejas, descongelarlo
dos veces al año...) o, en el caso de estar pensando en comprar uno nuevo,
fijarnos en el etiquetado energético (los clasificados con las letras A,B y C
son de bajo consumo; D y E de consumo medio, mientras que las letras F y G
implican frigoríficos de alto consumo energético).
2. Televisión: Supone un 12,2% de la
energía. Ya sabrás que apagar el botón del televisor antes de ir a dormir (el
dichoso «stand by») eleva el consumo de forma importante, pero aún hay muchos
hogares que olvidan esta económica costumbre. Si no lo haces, no se tratará de
un olvido tonto, sino caro: un televisor en «stand by» consumirá tanta energía
apagado como un ordenador a pleno rendimiento. La televisión es otro de los
aparatos eléctricos que más gastan, sobre todo por el elevado número de horas
que permanecemos frente a la «caja tonta». Está claro que ver menos la tele
ahorra, pero si no puedes evitarlo, puedes llevar acabo acciones como bajar la
iluminación para consumir menos. Además, si compras una televisión nueva
deberías saber que aquellas que incorporan tecnología LED consumen
un 25% menos que las LCD y hasta un 40% menos que las pantallas de
plasma.
3. Lavadora: Consume un 11,8% de la
energía. Trucos tan sencillos como no ponerla a media carga, sino llena,
utilizar el programa de lavado en frío siempre que podamos y optar por ciclos de lavado cortos nos ayudará, además de a
ahorrar energía, a consumir menos agua.
4. «Stand by»: El «stand by» se lleva más
porcentaje de consumo eléctrico que enfriar nuestra casa durante los meses de
verano. Una de cada doce facturas se va íntegra a través de este
consumo muerto. Y no solo debemos pensar en el piloto rojo de la televisión
cuando nos referimos a este concepto. Esta energía inútil y que tanto dinero nos
supone al cabo del año se fuga también por los enchufes, las alargaderas y los ladrones. La función de «stand
by» está presente en un buen número de productos, que permanecen conectados a la
espera de recibir nuestras órdenes: aire acondicionado, ordenadores, cargadores, reproductores de audio,
DVD...
5. Horno y vitrocerámica: Adquirir
ciertas costumbres a la hora de cocinar también pueden salvar nuestra factura.
En lo que a la vitrocerámica se refiere, debemos saber que cuanto más pequeño
sea el recipiente utilizado menos energía consumiremos. También ahorraremos
energía tapando los recipientes de cocción, apagando antes de tiempo
ambos electrodomésticos para aprovecharnos del calor residual al finalizar la
preparación, no abriendo la puerta del horno antes de acabar la cocción,
utilizando recipientes de fondo grueso (reparten mejor el calor). Además, en la
medida de lo posible es aconsejable
utilizar el microondas para calentar la comida, pues este
electrodoméstico requiere de menos tiempo para preparar los alimentos.
6. Lavavajillas: Es otro de los aparatos
en los que debemos tener especialmente en cuenta el etiquetado de consumo
energético. Consume un 6,1% de la energía y, para ahorrar, podemos llevar
acciones similares a las utilizadas en la lavadora, como elegir programas cortos
de lavado y con temperatura fría. Condición imprescindible es, evidentemente,
cargar el aparato al máximo.
7. Ordenadores: Aunque es uno de los
elementos que más nos acompañan en nuestra rutina diaria, seguro que no conoces
ciertas costumbres que reducen el consumo de tu PC: bajar la iluminación, quitar el salvapantallas, apagar el ordenador
si no lo utlizamos, no tener conectados aquellos periféricos que no
utilicemos (impresora, escáner, altavoces...). Además, es importante que todos
estén conectados en la misma regleta. En el caso de los ordenadores de mesa,
recuerda apagar el monitor cada vez que te levantes.
8. Iluminación: Sobre todo en invierno,
la iluminación de nuestra casa se lleva una parte importante del consumo
eléctrico. Aprovecha siempre que puedas la iluminación natural, utiliza colores
claros para tus paredes y cortinas (hacen que necesitemos menos iluminación
artificial), instala reguladores de luz y utiliza bombillas de bajo consumo. En aquellos lugares de la casa en
los que vayas a permanecer mucho tiempo, como por ejemplo la cocina, es
recomendable emplear lámparas de tubos fluorescentes. Y, por favor, no dejes la
luz encendida si no vas a estar en un determinado espacio.
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