viernes, 2 de marzo de 2012

LA VARITA MÁGICA DEL ENTRENADOR

De todos es conocido que cuando un entrenador llega a un equipo con la temporada comenzada o bien como revulsivo de alguna situación desagradable, indudablemente hay un cambio de actitud en todos los órdenes del equipo. Principalmente, jugadores, así como resto del personal del club, tienen un cambio de actitud notorios a la vista. Todo el mundo quiere agradar e incluso los jugadores que solían contar menos con el anterior entrenador ven un camino de salida para revertir su estatus en el equipo.
Ahora bien, el análisis real hay que hacerlo cuando han transcurrido 2 o 3 partidos competitivos y más o menos un mes de entrenamiento y convivencia. Creo que es éste el momento de preguntarse qué ha cambiado, cuál es la nueva propuesta futbolística y cuáles son los nuevos métodos de trabajo. Por supuesto, la tan manida varita mágica de la que se suele hablar no existe como tal pero es innegable que cada entrenador tiene sus capacidades y sus "armas" para reconducir una situación negativa, para hacer piña común en torno a una nueva idea futbolística y cómo no, una gran autoconfianza y personalidad, y así  llegar a transmitir al grupo con la intención de hacerles comulgar con su mensaje. Dándose estas condiciones y contando, evidentemente, con una plantilla con una calidad palpable que pueda responder en el campo, los resultados son cosas de más corto plazo que medio o largo.
Podemos hablar de Simeone porque se dan estas condiciones más flagrantemente, aunque bien lo podríamos hacer de muchos otros. En el caso del Atl. de Madrid, me ha sorprendido apreciar cómo la idea de préssing intensivo la mantienen en todas las zonas del campo y durante todos los minutos. En este sentido, muy bien ha tenido que trabajar Simeone en los entrenamientos con su equipo para llegar a este nivel de convencimiento. Se puede decir que este entrenador ha trasladado en tiempo récord su personalidad a su equipo, siendo éste fiel reflejo de lo que fue el argentino como jugador. También me ha gustado el posicionamiento defensivo del Sevilla desde la llegada de Míchel. He visto cómo los jugadores se juntan para defender y robar así el balón en mejores condiciones. Lo mismo ocurre con el Granada donde Abel está haciendo logros para compactar un equipo que se ha convertido en difícil de batir.
En suma, puedo decir que no existe varita mágica pero sí una suma inmediata de capacidades y algunas horas de trabajo que hacen que un mensaje cambie la dinámica de un grupo.

No hay comentarios: