El frío y las bajas temperaturas de esta época del año son en muchos casos un impedimento a la hora de beber líquidos fríos como el agua. Nuestro cuerpo no traspira tanto y por lo tanto la demanda del organismo de estas sustancias no es tan elevada. Como ya sabemos, la ingesta de líquidos es necesaria para mantener una buena salud general. Una opción muy recomendable son las sopas. La sopa, a diferencia de las infusiones se considera un alimento, y como tal se suele servir a la hora de la comida. Pero al igual que la infusión, la sopa está elaborada a partir de agua caliente, por lo que es una gran opción a la hora de hidratar nuestro cuerpo en invierno a la vez que lo calentamos frente al frío. A diferencia de las infusiones, la sopa contiene una serie de nutrientes que nos aportarán alimento y mejorarán nuestra salud a la vez que aportamos las dosis de líquido diarias. La sopa, al igual que las infusiones nos ofrecen infinidad de posibilidades en lo que a su preparación se refiere, por ello es necesario que utilicemos nuestra creatividad y experimentemos con ingredientes como las verduras, la carne o el pescado que nos ayudarán a enriquecer mucho más este alimento mientras hidratamos nuestro cuerpo sin apenas darnos cuenta. A pesar de todo es fundamental que en invierno no bajemos la guardia en lo que a hidratación se refiere, y procuremos mantener los niveles adecuados en nuestro cuerpo.
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