Los mayores cismas que se abren entre jugadores y entrenadores así como entre los mismos jugadores durante el transcurso de un partido sobrevienen después de encajar un gol en una jugada a balón parado. Una ejecución de décimas de segundo hacen que a su finalización todos se miren buscando una causa, una explicación o un culpable. Para "saber jugar" este tipo de situaciones de partido no sólo basta entrenarlas, automatizarlas o hablarlas, es primordial que en el momento en que se vaya a producir haya una conciencia de equipo de que de la atención y la concentración que se tenga durante la misma depende el éxito del objetivo buscado. Cualquiera que no sea este comportamiento individual y grupal tendrá como resultado un problema traducido en puntos perdidos, inestabilidad emocional y rotura puntual de las bases del equipo. Y todo esto lo cuento porque es el análisis final del partido que perdimos en el día de ayer. Cazalla 3- C.D. Diez.Sanlúcar 2. Vaya frío que hace en esas tierras de la Sierra Norte sevillana. Conscientes éramos de su agresividad en balones parados así como que basaban su juego en envíos largos buscando meter balones cerca de nuestra área. La consigna volvía a ser clara, había de imponernos en nuestro juego para así no permitir que estuvieran cómodos defendiéndonos. Así ocurrió gran parte de los minutos del partido. Dominamos, circulamos el balón con bastante criterio pero sufrimos muchísimo para defender tantos balonazos que hacía de una guerra cada uno de ellos. Encontronazos, golpes, saltos......era su salsa y de la que salieron victoriosos, ya que a pesar de su agresividad, se cobraba falta todo acercamiento a nuestro área o tarjeta en cada una de estas disputas. Nos pusimos 0-1 gracias a un auténtico golazo de Sergio de unos 50 metros, de los que se quedan para siempre en la retina. El 1-1 vino de una falta directa cercana al área, el 2-1 de otra falta cercana al área , el 2-2 en un remate de córner nuestro y el 3-2 de una falta cercana al área. Ahora creo que pueden entender mi exposición inicial.
En mi queda hacer autocrítica repecto a este tipo de acciones así como el convencimiento que sólo existe la preocupación relativa de paliar este problema para su resolución aunque en el resto de variantes futbolísticas el equipo vaya por buen camino y dentro del plan marcado desde el principio. Cuando surge algún problema futbolístico de este tipo o de cualquier otra índole sólo cabe ir a la raiz del mismo, tratarlo, hablarlo y entrenarlo para su mejora. Cualquier momento de un partido es importante por las dosis de atención y la concentración que se pongan en juego. Si estas dosis se manifiestan a baja escala puede ocurrir lo que a nosotros, que los fallos se traduzcan en goles en contra y por consiguiente en puntos no sumados ensombreciendo así el trabajo y la propuesta de casi 2 horas de partido, pero en nuestro caso nada va a minar nuestras convicciones acerca del patrón e idea de juego a poner en práctica en cada partido.
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