No es la primera ocasión en la que me refiero a este club, su manera de entender el funcionamiento de una organización deportiva y su modelo, como ejemplo a seguir. En el día de ayer ha vuelto a conseguir un hito deportivo clasificándose para la próxima edición de la Champions. Conviene recordar que esta ciudad castellonense tiene poco más de 50.000 habitantes y un estadio que no caben más de 25.000 espectadores. Y aunque a tenor de estos datos pudiéramos estar hablando de un equipo muy, muy modesto, su alma o su sala de máquinas puede ser de las más sofisticadas de nuestro fútbol. Su cantera funciona como pocas, con unas instalaciones espectaculares y bien organizadas. Su plantilla de entrenadores (de los que tengo el honor de conocer a muchos de ellos) pueden ser de las formadas y preparadas de toda Europa. No en vano, no hay más que ver a cualquiera de sus equipos de cantera o al mismo primer equipo para identificar cuál es su ideal de juego y su puesta en escena. Su modelo de gestión empresarial no puede ser más acertada. Sólo teniendo estas estas bases el camino no puede sino llegar continuamente al éxito. Yo me descubro ante esta forma de club y les deseo toda clase de éxitos en su devenir funcional y competitivo.
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