EL QUINTO MANDAMIENTO

Hemos tenido que llegar al quinto enfrentamiento del año para que el Madrid haya roto varios tabús hasta ahora inalcanzables para cualquier equipo de fútbol que se enfrentara al coloso azulgrana. Incomprensiblemente, al menos desde fuera, resultó que el centro de la defensa azulgrana estuviese formada por Abidal-Mascherano, ninguno de ellos dotado en el inicio del juego, uno de los fuertes de los catalanes.

El Madrid comenzó el partido como ha de hacerlo siempre, presionando a su rival en su área y con la alineación que no se atrevió a poner Mourinho en partidos precedentes. Por fin se ha dado cuenta Mourinho que es el Madrid y que juega en el Bernabéu.

Fue el día en el que el Barça no dominó en ninguna fase del encuentro (ni siquiera cuando ganaba), el Madrid llevaba el partido a su terreno, la ida y vuelta; el día en el que el Madrid superó al Barça en POSESIÓN DE BALÓN, en empuje, en llegadas al área. El Barcelona sólo en jugadas muy aisladas pudo ponerse por delante en el marcador.

No me gustó el excesivo estrés del Madrid en varias zonas del campo. No entiendo cómo Mourinho, a estas alturas, no corrige a Pepe, impulsivo y equivocado a la hora de realizar anticipaciones en zonas no convenientes, con el riesgo de ganarse tarjetas en este tipo de acciones. Tampoco entiendo tanto pelotazo a no sé quién (en la mayoría de las ocasiones por parte de Pepe y algún otro jugador) cuando después de hacer un esfuerzo en robar el balón se desprenden de él con malas elecciones. Igualmente pienso de Khedira que imprime músculo en sus acciones, el mismo que oprime su cerebro para crear fútbol. Cuando entró en el campo Coentrao todo cambió, el Madrid dominó, combinó, en cada jugada apelaba al criterio, ese es el fútbol, se juntan buenos jugadores y se le dan objetivos (defensivos, en transición, y ofensivos). También me ha sorprendido Guardiola al hacer desaparecer automatismos renunciando al juego de memoria dejando a Xavi, Busquet o Piqué en el banco. Que el Barça tiene serios problemas en el centro de la defensa es un secreto a voces que se ha evidenciado en cada jugada en la que el Madrid merodeaba esa zona. Y que al Madrid le urge mitigar el dominio de juego azulgrana también lo es. La vuelta estará emocionante a pesar del 2-2 que favorece al Barcelona y el Madrid nuevamente se examinará en una reválida que marcará su futuro, al menos en el plano psicológico y de autoestima, para el resto de la temporada.