«Caminante no hay camino, se hace camino al andar». Hablamos de Antonio Machado, uno de nuestros grandes autores que, sin duda, ha hecho de la literatura en español algo grande, rica y digna de admirar. Antonio Machado fue un poeta español, nacido en Sevilla en 1875 y fallecido un 22 de febrero del año 1939, en el pueblo francés de Colliure en pleno exilio después de haber estallado la Guerra Civil Española. Antonio Machado pertenece al movimiento literario conocido como generación del 98, si bien es cierto que su obra queda enmarcada según la estética modernista e incluso simbolista. Nuestro protagonista de hoy era hermano del también poeta Manuel Machado, con el que escribió diversas obras, destacando sobre todo La Lola se va a los puertos (1929). Su primer libro es Soledades (1903), una colección de poemas de carácter modernista, en los que destaca la emoción del momento y el sentido oculto de lo que le rodea. Campos de Castilla, de 1912, supone, aparte de una indagación sobre sí mismo, una consideración poética de un paisaje castellano, al que se acompaña la emoción del amor perdido, y constituye uno de sus libros más conocidos y populares. En 1936, publicó un libro en prosa, Juan de Mairena. Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo, que constituye una colección de ensayos que le presentan como uno de los prosistas menos convencionales del siglo XX. Como siempre, os invito a que leáis a este genial autor y terminamos esta noticia con uno de sus Cantares:
Nunca perseguí la gloria
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canciòn;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse.
Nunca perseguí la gloria
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canciòn;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse.
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