El tres de mayo de 1808 en Madrid o
Los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío
Francisco de Goya, 1813-1814
Óleo sobre lienzo • Prerromanticismo
268 cm × 347 cm[1]
Museo del Prado, Madrid
Los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío
Francisco de Goya, 1813-1814
Óleo sobre lienzo • Prerromanticismo
268 cm × 347 cm[1]
Museo del Prado, Madrid
El tres de mayo de 1808 en Madrid (también conocido como Los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío o Los fusilamientos del tres de mayo) es un cuadro del pintor aragonés Francisco de Goya completado en 1814 que se conserva en el Museo del Prado (Madrid, España). La intención de Goya al elaborarlo era plasmar la lucha del pueblo español contra la dominación francesa en el marco del Levantamiento del dos de mayo, al inicio de la Guerra de la Independencia Española. Su pareja es El dos de mayo de 1808 en Madrid —también llamada La carga de los mamelucos—. Ambos cuadros son de la misma época y corriente artística. Su técnica y cromatismos propios del Goya maduro. Goya sugirió el encargo de estos cuadros de gran formato a la regencia liberal de Luis María de Borbón y Vallabriga, antes de la llegada del rey Fernando VII. Incluso se dice que adornaron un arco del triunfo dedicado al rey en la Puerta de Alcalá. La intención de Goya para hacer estos cuadros queda plasmada en una carta autógrafa del aragonés, donde escribe:
Siento ardientes deseos de perpetuar por medio del pincel las más notables y heroicas acciones o escenas de nuestra gloriosa insurrección contra el tirano de Europa. La pintura es oscura, muestra imágenes fuertes y crea el arquetipo del horror en la pintura española, que Goya aprovechó en esa época para sus aguafuertes titulados Los desastres de la guerra.
Siento ardientes deseos de perpetuar por medio del pincel las más notables y heroicas acciones o escenas de nuestra gloriosa insurrección contra el tirano de Europa. La pintura es oscura, muestra imágenes fuertes y crea el arquetipo del horror en la pintura española, que Goya aprovechó en esa época para sus aguafuertes titulados Los desastres de la guerra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario