DÍA DE LA HISPANIDAD

Hoy estamos de fiesta, y en todo el país vivimos una jornada para la celebración conjunta. Es 12 de octubre, Fiesta Nacional de España o Día de la Hispanidad, una jornada en la que se conmemora la efeméride histórica del Descubrimiento de América por parte de la Corona de Castilla. La celebración tiene lugar cada 12 de octubre, donde se celebra un desfile militar al que asisten el Rey junto a la Familia Real y los representantes más importantes de todos los poderes del Estado, además de la mayoría de los presidentes de las autonomías españolas. El Descubrimiento de América en 1492 fue trascendental y el 12 de octubre se ha considerado como un día memorable porque a partir de entonces se inició el contacto entre Europa y América, que culminó con el llamado «encuentro de dos mundos», que transforma las visiones del mundo y las vidas tanto de europeos como de americanos, ya que gracias a sus descubrimientos se gesta la Colonización europea de América. Saber que este día se conoce como «de la Hispanidad», nos debe invitar a que atemos cabos, lazos más bien, con los países del mundo en los que se habla nuestra lengua y, en mayor o menor medida, se participa de nuestra cultura. Porque la jornada de hoy se vive en muchas nacionalidades, como Argentina, en el que se conmemora el Día de la Diversidad Cultural Americana. En Chile se vive el Día del Descubrimiento de Dos Mundos, y Estados Unidos lo conoce como Día de Colón (Columbus Day). Y aún nos quedan naciones como Uruguay o Perú, dos países medianamente distantes pero que coinciden en la denominación de Día de las Américas. En Venezuela, el que antes se conocía como Día de la Raza, es ahora el Día de la Resistencia Indígena. Finalmente, se suman a nuestra alineación de países «participantes» Guatemala, El Salvador y Honduras, donde el Día de la Hispanidad está también muy vivo. Progresamos al saber que ya no nos une un proceso de conquista —que no fue precisamente pacífico—, sino unos valores conjuntos, una forma de sentir nuestra cultura y de expresarnos, respetando las identidades propias, pero formado parte de un espíritu amplio de miras.