sábado, 31 de diciembre de 2022

VETE YA

 


Escribir me encanta, me relaja, disfruto intentando juntar palabras con sentido de mis vivencias y mis pensamientos. Tal día como hoy siempre suelo hacerlo acerca de cómo me ha ido el año en este espacio, ya poco en vanguardia como es un blog personal frente a la marea gigante que supone unas redes sociales encumbradoras de lo mejor y lo peor del comportamiento humano.

La verdad es que no iba a escribir nada. También para escribir se necesita la suficiente motivación y ahora no tengo esa suficiencia. Estoy agotado de cómo ha ido el año 2022. Mi primo Josemari (mi hermano) ha copado gran parte de mis pensamientos, súplicas y recuerdos...su aura me acompañará de por vida. 

También me ha enseñado este 2022 maldito muchas otras cosas. Me doy cuenta que un poco sí que me ha cambiado la personalidad, lo siento si con alguien querido no me he mostrado como siempre he sido. También he hecho una criba de gente a la que tenía afecto, amistad y cercanía y que, sin mucha notoriedad van viendo como me alejo en una clara señal de distancia en toda regla. Me hicieron, y a los míos, daño de pensamiento, palabra, obra u omisión o quizás un poco de todo.

Hay que "echar el balón abajo" y "no pretender marcar el segundo gol antes que el primero". Más pausa, menos estrés, quizás, más pensar antes de actuar.

Mañana todos habremos dejado el 2022 atrás y estaremos proyectando lo que nuestra visión cercana y un poco más en el tiempo queramos/creamos discurrirá el nuevo año en todas sus 365 puestas de sol.

En mi caso, todo, absolutamente todo, seguirá estando muy por detrás de mi familia y sus intereses.

Que el año nuevo venga como quiera venir, y si es posible con un poco de más alegría, mejor, y con más salud, mejor.

Me leo y no he sido ni original ni locuaz, es un poco reflejo de mí ahora.

Salud y buen año para todos.

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