lunes, 7 de octubre de 2013

TRANQUILIDAD, FIRMEZA Y CONFIANZA



Puedo entender cualquier estado de impaciencia y de preocupación por parte de todo el personal que nos rodea. También soy consciente de las dudas que puede llegar a generar el hecho de obtener 3 derrotas consecutivas en todos los niveles, asumo totalmente la responsabilidad y ojalá todas ellas recayeran en mi persona y en mi trabajo. Si así fuera, no debiera existir preocupación, es más, no estoy preocupado además de que no me afecta lo que puedan pensar quienes no ven más fútbol que unos resultados momentáneos.
No puedo negar que me siento triste por mis jugadores y porque no se transforme en puntos todo el esfuerzo que desarrollan tanto en entrenamientos como la contribución que realizan cada partido por intentar obtener cada 3 puntos en juego, tristeza que se esfuma cuando nos disponemos a preparar el siguiente partido.
Ya digo que me encantaría que los focos de las responsabilidades de estas 3 derrotas apuntaran solo para mi, y no por una actitud brabucona ni espartana, sino por el convencimiento de que nada me afecta ni me aparta del camino que jugadores y un servidor trazamos en un principio.
Sabemos que no es fácil perseverar en lo que estamos haciendo y que las derrotas pueden llegar a desalentar a algunos de ellos pero puedo garantizar que el nivel de firmeza, esfuerzo y convencimiento en una idea de juego seguirán inmunes a cualquier resultado y a mi dosis de tranquilidad, que sin duda, se verá aumentada.
La gran mayoría que ven el fútbol amparados en términos como la suerte, merecimiento, el árbitro o la justicia harían refrendar su teoría visto el partido Camas- Atco. Sanlúcar. Según esta corriente de pensamiento, merecimos los 3 puntos, fuimos mejores que ellos muchos minutos de los 90, fue totalmente injusto que nos lleváramos cero puntos y el árbitro se equivocó garrafalmente en varias jugadas claves que dieron al traste con el resultado final de 2-1 a favor de los cameros. Si, como otros, lo vemos como un juego que, como juego que es, se suscitan aciertos y errores, que no existe la justicia, ni la suerte, que la labor y decisiones del árbitro están ahí para bien o para mal. Sólo sé de la forma de jugarlo y del entendimiento que de él han de tener mis jugadores sobre el campo para que ello nos permita superar al rival en cada partido así como para tener una identidad futbolística.
Me comenzó a gustar mi equipo. Salimos al campo muy bien plantados y ubicados, jugamos con casta cada disputa, pisamos el área como debe corresponder, manejamos el juego.....Un pero, además del resultado negativo de 1-0 al descanso, fuimos imprecisos a la hora de enlazar convientemente algunos de nuestros ataques. La segunda parte sólo existimos nosotros sobre el campo pero tuvimos que capear un temporal inesperado en forma de cortes de nuestro ritmo de juego (principalmente por errores arbitrales) pero, insisto, es parte del juego, no hay excusa, si queremos ganar hemos de sobreponernos a cualquier aspecto que suscite el juego.
Para el próximo, trabajaremos por incrementar nuestros aciertos y mantener el mismo nivel competitivo.
Tranquilos equipo, recogeremos los sembrado más pronto que tarde aunque seguiremos sembrando.

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