domingo, 23 de diciembre de 2012

TAMBIÉN "ENTRENAMOS" FUERA DEL CAMPO

 Soy afortunado en ser el entrenador de estos chicos que ven. Es gratificante ver sus evoluciones futbolísticas cada día y cómo aumentan su nivel. Si a ello le unimos que son buenas personas y buenos deportistas, creo que entienden porqué hago la afirmación de estar orgulloso de ellos.
Aprovechando que teníamos nuestro último entrenamiento de preparación para el partido ante el Demo, nos hemos juntado para compartir, en torno a una buena mesa, una buena carne a la brasa en "El Faisán" en Sanlúcar la Mayor.
Aunque no lo parezca, ésto es también entrenamiento, es feeling entre todos, es acercamiento, es conviencia, es complicidad y unión, y ya estábamos todos deseosos de vivir estos momentos fuera el lenguaje exigente y riguroso de entrenador a jugador así como la contribución al rendimiento por parte del jugador al entrenador. 
A algunos de ellos les conozco desde benjamines, ahora son ya hombres, incluso a mas de uno prácticamente me tengo que subir en una escalera para mirarles a los ojos. Les entiendo y me entienden, estamos a gusto, yo con su progresión y su esfuerzo y ellos con mi exigencia.
La competición dictará sentencia en cuanto al lugar que habremos merecido ocupar a final de temporada pero lo que nadie nos quitará es que cuando abandonemos nuestra convivencia, ellos serán mejores jugadores porque entenderán el juego y yo me habré enriquecido de cómo ha de evolucionar un grupo de trabajo que comparte una misma idea de funcionamiento. Gracias equipo y nunca olvideis que la autoexigencia es el motor de vuestro progreso.

 Raro lo que ven, Antonio toqueteando su móvil mientras esperamos el manjar que se cocinaba en la brasa

Buenos futbolistas y buena gente

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