martes, 25 de septiembre de 2012

LA AUTORIDAD MAL ENTENDIDA

Todavía en la actualidad, equivocadamente por supuesto, algunos creen que la autoridad es el medio de convencimiento; incluso la imposición de la voluntad les resulta lo más idóneo para hacer valer un argumento o idea. Y para ello, se suele dar más caché, impresiona y viste más gritar, ridiculizar o hacer "el papelito" ante el público para que todos vean cómo se las gasta el entrenador de turno. Este tipo de exhibiciones no tienen más profundidad que esa, una mera actuación teatral falta totalmente de contenido y de una sensibilidad y empatía, siempre necesarias, en cualquiera de las relaciones humanas. Este perfil de entrenador "duro" y "autoritario" es el que anquilosadamente todavía es el buscado por muchos dirigentes cuyo intelecto futbolístico no ha avanzado en el tiempo, quizás porque es el único método que conocen o simplemente por un alarde del efecto Estocolmo que cierto tipo de personas con baja autoestima o manifestando frustraciones en su autorrealización dan  un gran valor.
No sé si finalmente se comprobará que la seleccionadora del equipo de sincronizada ha utilizado los métodos de trabajo y de motivación que se cuentan (falta, por supuesto, conocer la versión de la acusada), pero si es verdaderamente así, nunca un comportamiento ha sido tan similar a lo que cuento. Este perfil de formador-entrenador todavía piensa que el deportista rinde más si se le humilla o se le hiere en el sentimiento y resulta todo lo contrario.
Hoy día, los deportistas o los futbolistas, que es el caso que me pilla más cercano, son muy inteligentes (no es que en antaño no lo fueran) y están más preparados en todos los aspectos, incluso saben más de fútbol, conocen mejor el juego, por lo que rara vez se dejan impresionar por conductas inquisitoriales o bravuconas de un personaje de este tipo que tengan como entrenador.
El convencimiento tiene que llegar desde una argumentación compartida y una asunción de objetivos; todo lo demás será echar horas de entrenamiento para la persecución y el logro final de alcanzar lo propuesto.
Así, más vale que vayamos aislando de una vez, como digo, a estos "personajes" que hacen un mal uso de la autoridad ya que responden a otros tiempos y además no hacen otra cosa que el ridículo.

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