viernes, 31 de agosto de 2012

¿TORMENTA O TXIRIMIRI?

Todo aquél que haya visitado el País Vasco con mal tiempo habrá podido comprobar qué es lo que ellos llaman txirimiri. No es más que una lluvia fina y constante que sin darte cuenta, porque apenas la echas a ver como para refugiarte, te cala poniéndote empapado. En cambio, los efectos de una tormenta, me imagino que todo el mundo lo ha experimentado, sin esperarla y en un segundo te suelta un chaparrón. Éste es el mejor ejemplo que se me ha ocurrido para analizar lo que he visto en este 2º partido de Supercopa y que ha alzado al Real Madrid como campeón en su edición 2012. 
Expresé en mi comentario del partido de ida la superioridad clara que había tenido el Barça en su estadio y que en el fútbol no basta tener una posesión de 70-30. La superioridad hay que refrendarla con goles y más teniendo en cuenta que había un partido de vuelta. 
El Madrid fue una tormenta durante 30 minutos y sólo su desacierto en estos minutos (Higuaín desperdició, definiendo mal, dos 1 contra 1 con Valdés) impidió resolver el partido en estos minutos. Todos y cada uno de los jugadores blancos hicieron un sobreesfuerzo para presionar intensivo cada acción de su rival. El resultado no era otro que robo inmediato y envíos continuos sobre la debilísima zona de centrales azulgrana (no entiendo cómo el Barça que aspira a todos los títulos no completa su plantilla con el fichaje de un central. Contra el 80% de sus rivales va a tener casi toda la posesión y prácticamente no necesita casi ni defensores pero en los partidos importantes ha de estar bien apertrechado si no quiere que le hagan un roto como ha ocurrido en esta ocasión). El bombardeo a esta zona y a las espaldas de sus defensores, aprovechando la pésima transición ataque-defensa, fue continuo y corto se quedó el 2-0 inicial.
A partir del paso de esta tormenta, a eso del minuto 30 (ya el Barça con un jugador menos) he podido ver también una desacertada interpretación del juego por parte del Real Madrid. Ha querido continuar dando coletazos vetiginosos en ataque sin apenas fuelle ni efectivos (Di María hacía la guerra por su cuenta con sus 1 contra 1 en zonas no apropiadas, Özil conducía el balón hasta zonas no productivas....). No entiendo cómo Vilanova no ha dado ninguna indicación correctiva durante los minutos de tromba del Madrid ni cómo Mourinho tampoco en estos minutos, en los que ya el Barça con 10, el Madrid equivocaba los ataques perdiendo la posesión inmediatamente por una innecesaria precipitación y una falta inadmisible de lectura del partido.
La 2ª parte fue un canto alegórico y una lección de cómo ha de jugarse con 10 futbolistas sin que suponga ningún trauma por ello. El txirimiri azulgrana dominó el juego, la posesión y realizó un juego ofensivo inteligente basado en ataques selectivos aprovechando la ansiedad del Madrid por cerrar el partido (continuos desajustes de todos sus defensores) a partir del dominio del ritmo del juego y desmarques de ruptura de sus hombres más adelantados. Pudo llevarse el partido como también Higuaín continuaba torpón en la definición.
Entretanto ví un majestuoso kaiser llamado Xabi Alonso. Dió todo un recital táctico. Es increíble ver un partido de este futbolista, cómo interpreta el juego, cómo tapa espacios, cómo hace coberturas y ayudas continuas a sus compañeros y, sobre todo, la precisión que tiene en golpeos largos....se me cae la baba viéndole jugar.
En conclusión, desde mi punto de vista, el Madrid, a pesar de sus ataque demoledor, tendrá que mejorar mucho en cuanto a su interpretación del juego (no puede ser que esté 90 minutos jugando vertiginosamente), necesita pausa y maduración de las jugadas que le haga sentirse cómodo en el campo. Si no es así, el desgaste de sus jugadores minará su confianza y las virtudes de éstos así como alimentaría una frustración que potencialmente pudiera ser causante de una "bomba" a punto de estallar.
Por parte del Barça, a pesar de su loable confianza ciega en su filosofía, ha de apreciar que su dominio abrumador de la posesión debe materializarse en goles, si no no sirve y que no puede salir en todo un Bernabéu, contra un equipo necesitado de remontada, laxo, frágil y con la apariencia de no haber preparado el partido.
No quiero dejar pasar la ocasión para hacer mención de lo que es catalogado como gran gesto del Barcelona y que yo considero que debiera ser práctica normal en el deporte. Al respecto me he manifestado en multitud de ocasiones que en una contienda deportiva, igual que desde hace algunos años se instauró como oficial, realizar un saludo previo al partido, igual debieran regularlo para el final de los partidos y de las competiciones. En el campo nos batimos pero antes y después debería ser obligatorio saludarse, aplaudir a tu rival que te ha ganado y reconocer su triunfo con un aplauso. Chapó al Barça por quedarse en el campo y ojalá no se repitan los casos del año pasado cuando el Madrid se retiró sin ver cómo entregaban a su rival el trofeo o mismamente cuando el Barça quedó eliminado de la Champions y activó los periquitos para "aguar" los festejos del Inter, en aquella ocasión.
Simplemente y con todo, es una delicia la cantidad de lecturas que se puede sacar de estos Madrid-Barça para gloria del fútbol y regocijo de quienes amamos con locura este juego.

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