Este malestar resulta difícil de identificar: hormigueo, ardor, sensación de que algo trepa por ellas y un irresistible impulso de moverlas, que calma un poco esta sensación, aunque solo por un tiempo breve. Dado que los síntomas surgen en reposo o al acostarse, la mayoría de las personas que padecen el trastorno tienen dificultades para conciliar y mantener el sueño. Esto conlleva agotamiento y fatiga durante el día, con consecuencias negativas en la actividad laboral y en la vida cotidiana. Hoy en día, todavía no hay disponible una prueba diagnóstica y se recurre a la clínica del paciente. Hay cuatro puntos básicos que ponen sobre la pista: deseo de mover las extremidades, a menudo, asociado con parestesias (sensación anormal o de la sensibilidad general que se traduce en una sensación de hormigueo, adormecimiento, acorchamiento, etc.) o disestesias (sensaciones anormales desagradables); síntomas que empeoran o solo se registran durante el reposo o que se alivian temporalmente con la actividad; inquietud motriz; y empeoramiento nocturno de los síntomas. En cuanto al tratamiento, se recomiendan cambios en el estilo de vida, con una buena higiene en los hábitos de descanso y la supresión de alcohol, tabaco y bebidas estimulantes. El ejercicio moderado (preferible en las horas de la mañana) y las técnicas de relajación también resultan útiles. lunes, 21 de noviembre de 2011
PIERNAS INQUIETAS
Este malestar resulta difícil de identificar: hormigueo, ardor, sensación de que algo trepa por ellas y un irresistible impulso de moverlas, que calma un poco esta sensación, aunque solo por un tiempo breve. Dado que los síntomas surgen en reposo o al acostarse, la mayoría de las personas que padecen el trastorno tienen dificultades para conciliar y mantener el sueño. Esto conlleva agotamiento y fatiga durante el día, con consecuencias negativas en la actividad laboral y en la vida cotidiana. Hoy en día, todavía no hay disponible una prueba diagnóstica y se recurre a la clínica del paciente. Hay cuatro puntos básicos que ponen sobre la pista: deseo de mover las extremidades, a menudo, asociado con parestesias (sensación anormal o de la sensibilidad general que se traduce en una sensación de hormigueo, adormecimiento, acorchamiento, etc.) o disestesias (sensaciones anormales desagradables); síntomas que empeoran o solo se registran durante el reposo o que se alivian temporalmente con la actividad; inquietud motriz; y empeoramiento nocturno de los síntomas. En cuanto al tratamiento, se recomiendan cambios en el estilo de vida, con una buena higiene en los hábitos de descanso y la supresión de alcohol, tabaco y bebidas estimulantes. El ejercicio moderado (preferible en las horas de la mañana) y las técnicas de relajación también resultan útiles.
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