No hace mucho, escribí un artículo de Juan Pablo II en el que destacaba superficialmente las virtudes de esta extraordinaria persona. Hay gente que pasa inadvertido por este mundo y no se le presta más importancia que la propia que le ha prestado la vida. Este no es el caso de Karol, este polaco de nacimiento y de nacionalidad universal. Era una persona increíble, propia de ser recordada para la eternidad. Vivió toda clase de calamidades pero su espíritu estaba intacto para dedicarlo a todas las personas y a Dios. Fue líder no sólo por haber sido Papa sino por su manifestación de vida. Su sombra es alargada por el camino que trazó mientras vivió y su estela será seguida por muchas personas en todo el mundo. Sus ideales de vida, la solidaridad y el perdón (2 semanas más tarde de ser tiroteado visitó en la cárcel a su asesino fallido para perdonarle). Tuvo en la oración su hilo directo con Dios y se pasaba horas y horas en este trance. Con todo, una persona increíble de las que ha podido parir la humanidad y merece que siempre sea recordado.
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