Manolito, dueño del local, como cada año, prepara el pub para nuestras citas de los viernes. En esta ocasión, he aquí uno de los altares que tiene colocado y del que fue árdua discusión la procedencia del mismo. ¿De dónde lo sacó?
Eugenio, el capitán de nuestra cuadrilla, repasa una a una todas las chicotás y, aunque sea por una vez, dio su visto bueno a cuanto aconteció. Si es así, el éxito está garantizado
Mi primo Manuel, como costalero veterano de nuestra cuadrilla, intenta hacer "fichajes" para el año que viene. En esta ocasión, Antonio es el objetivo, sería bienvenido
Brindis por la amistad y por el ensayo bien hecho. Capataces y costaleros, todos a una Y al final de la función, como cada viernes, la foto de familia. Ya se queda pequeño el objetivo de la cámara
Pepe, el capataz del paso de Cristo, casi cumpliendo las bodas de plata al frente del mismo, satisfecho después de la gran jornada vivida
Mi primo José Mari, gran costalero que fue, y ahora siguiendo las evoluciones de sus amigos desde fuera del paso, come "algunas" pipas mientras repasa lo acontecido en el ensayo. Mi primo es el mejor donde se ponga, así que ya probado que lo fue bajo las trabajaderas, ahora también lo es dirigiendo desde fuera. No es pasión, es la realidad.
Aunque no pude tomar parte del mismo, este viernes hemos tenido el último ensayo preparatorio para lo que será la gran cita del próximo Jueves Santo. Pero aunque no "trabajé", sí que lo disfruté porque después de llegar de Benacazón, me fui raudo y veloz para el Hormiguero, donde tomamos parte en nuestro "segundo tiempo". Copita en mano, disfrutamos con nuestras bromas y nuestro repaso a lo que ha sido la jornada bajo las trabajaderas. Como siempre, nos preguntamos por nuestras sensaciones del último ensayo y me quedé más que satisfecho cuando preguntaba uno a uno y todos me asentían con la cabeza. Eso significaba que había sido un buen ensayo y que el personal ya estaba preparado. Hasta Eugenio salió satisfecho, que ya es algo. Bueno, equipo, se acabaron los ensayos y con ellos nuestras celebraciones después de haber calentado las trabajaderas. Hasta el año que viene y que tengamos la salud suficiente para estar nuevamente al pie del cañón.
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