Es muy importante que nos mentalicemos acerca de lo imprescindible que es hoy en día reciclar. Todo lo que comprende este concepto no tiene otro que objetivo que cuidar nuestra naturaleza. A todos nos gusta salir y dar un paseo por el campo, hacer pequeñas excursiones, practicar algún deporte al aire libre, pasear a nuestra mascota… todas estas acciones se verán reducidas si no empezamos ya esta labor. Según la ley, todos los aparatos electrónicos deben reciclarse en plantas autorizadas. Aquí se sustraen todos sus elementos, teniendo especial cuidado con los perjudiciales como el fósforo, el mercurio o los gases refrigerantes. El resto de componentes (plástico, aluminio, cobre o vidrio) se procesan para fabricar nuevos productos. Los contenedores de basura no son el lugar idóneo para depositar electrodomésticos, televisores o cualquier otro aparato electrónico. Todo este material hay que llevarlo a los conocidos Puntos Limpios. También se pueden entregar en la tienda, si compramos un aparato nuevo, el viejo para su reciclaje, siempre tienen que tener las mismas características. En las cadenas de reciclaje, la llegada de los residuos activa un protocolo preciso de despiece y reciclaje. Respecto a los televisores o cualquier monitor, lo más común en residuos, hay q separar la carcasa de la pantalla y después, el resto de componentes eléctricos. De la pantalla se separan el vidrio de plomo y el de cadmio. Estos materiales se utilizan después como materia prima para la industria de la porcelana. El elemento más nocivo es el fósforo que recubre el interior de la pantalla. Hay que aspirarlo y enviarlo a un gestor autorizado para su correcto tratamiento. Es preciso que nos concienciemos ya y depositemos nuestros viejos aparatos en los denominados Puntos Limpios. Por cada aparato electrónico que adquirimos se paga una tasa ecológica, incluida en el precio, destinada a cubrir los costes de su posterior reciclado legal.
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