Murillo, fue el máximo representante del movimiento del Barroco y gozó de gran popularidad durante su época, estando su obra repartida por diversos lugares del mundo. Aún así, en Andalucía tenemos diversos sitios donde podemos admirar su genialidad como pintor. Bartolomé Esteban Murillo fue un pintor español, nacido en Sevilla en 1617 y fallecido en la provincia de Cádiz un 3 de abril de 1682 a consecuencia de una aparatosa caída desde un andamio, mientras pintaba el retablo de la iglesia del convento capuchino de Santa Catalina de Cádiz. A partir de sus primeras obras, normalmente eran representaciones religiosas relativas a la Virgen o la Sagrada Familia, evoluciona hacia un tratamiento de los temas en un tono más humano y sencillo, en los que introduce detalles y escenas de la vida diaria y que se muestra a través de una pincelada suelta y ligera. Sus personajes se caracterizan por esa dulzura y sentimentalidad propias de su estilo, escapando de lo trágico que tanto gustaba a otros artistas del barroco. En este sentido, destacan sus interpretaciones de personajes infantiles marginados de manera bastante emotiva, como por ejemplo en el Niño pordiosero (1645, Museo del Louvre, París). Y otras obras donde muestra una imagen inocente de la mujer, como es el caso de Dos Mujeres en la Ventana (1670, National Gallery Washington). Aún así, el tema religioso está muy presente durante toda su trayectoria. Murillo es el que mejor define el tema de la Inmaculada Concepción (Museo del Prado, Madrid), del que nos ofrece numerosas versiones, destacando la gracia juvenil, el rostro amoroso de la Virgen y el vuelo de los ángeles que la rodean. Retratos de diversos santos, sin olvidar las pinturas que realizó para Iglesia de la Caridad en Sevilla. Conviene visitar alguno de nuestros museos para contemplar tan magna obra de este genial artista.
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