Un llamativo e intenso color rojo invade las fruterías de todos nuestros municipios. Un aroma fresco y penetrante se va apoderando de nuestras fosas nasales. Un tacto algo áspero, pero sinuosamente atractivo y electrizante… Y ¿qué decir de su gusto? Refrescante y ¡rico, rico!… ¡Sí amigos, las fresas ya están aquí!. Ya podemos consumir una de las frutas más ricas y saludables de la temporada. Las fresas reúnen una serie de cualidades, no sólo apetecibles por su sabor, sino también por la cantidad de nutrientes que nos pueden aportar. Las fresas son una fuente importante de vitamina C, tened en cuenta que una persona adulta necesita 60 miligramos al día de vitamina C y 100 gramos de fresas o fresones satisfacen la totalidad de lo recomendado. Este nutriente posee una comprobada acción antioxidante, esta cualidad bloquean el efecto dañino de los denominados «radicales libres». Estos pueden influir a lo largo de nuestra de vida de una manera negativa produciendo alteraciones en nuestro organismo. Con los años, los radicales libres aumentan el riesgo de que se produzcan cambios en la genética (ADN), favoreciendo el desarrollo de enfermedades como el cáncer o acelerando el proceso del envejecimiento. Por otra parte, modifican el llamado mal colesterol, contribuyendo a reducir el riesgo cardiovascular y cerebrovascular. Así mismo, posee un elevado contenido de potasio y bajo en sodio, siendo su consumo recomendado para personas con hipertensión arterial o cualquier afección del corazón. También son muy recomendables en dietas de adelgazamiento por su poder diurético, siendo capaces de combatir el estreñimiento al ejercer un suave efecto laxante. A todo esto le sumamos su alto contenido en fibra y un destacado efecto protector del organismo.
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