El Greco es el apodo por el que popularmente se conoce a Doménikos Theotokópoulos, uno de los artistas que mejor supo entender y desarrollar el Manierismo. Aunque nació en la isla de Creta (1541), desarrolló su peculiar estilo y la mayor parte de su trayectoria artística en España. Falleció el 7 de abril de 1614. En su figura confluyen cuatro tradiciones pictóricas y espirituales que se unen creando un estilo irrepetible: la figuración bizantina, el colorismo veneciano (rojos, azules, blancos de gran intensidad), el manierismo propio de Miguel Ángel y la espiritualidad castellana. Su obra conforma grandes lienzos para retablos de iglesias, numerosos cuadros para instituciones religiosas y un grupo de retratos considerados del máximo nivel, también algún paisaje en su última época. La obra más admirada de El Greco es El entierro del conde de Orgaz (1586, iglesia de Santo Tomé de Toledo). En esta obra se pueden observar algunos rasgos muy característicos de su obra como el alargamiento de figuras y el horror vacui (pavor a los espacios vacíos). Otras obras importantes son: El caballero de la mano en el pecho (1577-1584, Museo del Prado), El expolio (1577-1579), La Trinidad (1577-1579, Museo del Prado, Madrid), La Asunción (1608-1613, Toledo), Vista de Toledo (c. 1600-1610, Museo Metropolitano de Arte, Nueva York), y el Laoconte (c. 1610-1614, Galería Nacional, Washington), de tema mitológico, entre otras obras. El Greco fue la primera figura de proyección universal de la pintura española y uno de los grandes genios de la historia del arte.
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