
Pero la imagen de esta estrella se apagó cuando comenzaron sus desmanes y affaires con la droga, los vicios y su mala vida. Se trataba de un chico que había ganado muchísimo dinero en muy poco tiempo pero que no podían maquillar su escasa formación y sobre todo su educación barriobajera. Así siguió su vida, aún así, por muchos era tratado como un Dios al que todo había que tolerar.
Mal ejemplo para los jóvenes deportistas que, en estos días, con su su nuevo episodio, queda refrendado que es un maleducado y un fracasado. No sólo él tiene responsabilidad en este tipo de actos; entre sus secuaces están los que le han puesto en un cargo tan importante como es ser seleccionador de una de las mejores del mundo como Argentina. Este pais no se merece estar representado en el banquillo por este personaje. En primer lugar no está preparado para llevar a su cargo a un grupo deportivo y más aún cuando, por la cara, le regalaron el título de entrenador. Se trata de una lacra para el deporte y no merece otra cosa que lo sancionen y lo destituyan inmediatamente por el bien del fútbol.
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