lunes, 19 de octubre de 2009

A PROPÓSITO DE MARADONA

Quién no ha idolatrado al que para mi ha sido el mejor futbolista de todos los tiempos (al menos que yo haya visto). Cuántos videos y cuántos partidos he podido ver de este futbolista repetidos una y otra vez. Era espectacular y emocionante ver sus acciones, sus goles, su extraordinaria habilidad y su estratosférico manejo del balón.
Pero la imagen de esta estrella se apagó cuando comenzaron sus desmanes y affaires con la droga, los vicios y su mala vida. Se trataba de un chico que había ganado muchísimo dinero en muy poco tiempo pero que no podían maquillar su escasa formación y sobre todo su educación barriobajera. Así siguió su vida, aún así, por muchos era tratado como un Dios al que todo había que tolerar.
Mal ejemplo para los jóvenes deportistas que, en estos días, con su su nuevo episodio, queda refrendado que es un maleducado y un fracasado. No sólo él tiene responsabilidad en este tipo de actos; entre sus secuaces están los que le han puesto en un cargo tan importante como es ser seleccionador de una de las mejores del mundo como Argentina. Este pais no se merece estar representado en el banquillo por este personaje. En primer lugar no está preparado para llevar a su cargo a un grupo deportivo y más aún cuando, por la cara, le regalaron el título de entrenador. Se trata de una lacra para el deporte y no merece otra cosa que lo sancionen y lo destituyan inmediatamente por el bien del fútbol.

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