Hace pocos días hemos vuelto a vivir una extraordinaria proeza del deporte español. Lo que en mi época de niño pudiera ser algo práctcamente inalcanzable, hoy día tenemos el privilegio de contar con generaciones jóvenes con un talento y una preparación para alzarse con los títulos y los records más importantes del deporte mundial. Así, hemos de darle el valor y la importancia que tienen estos logros que nos catapultan hoy día a ser unos de los paises punteros en el ámbito deportivo aunque no nos corresponda por el número de habitantes.
Cómo no nombrar algunos nombres como Nadal, bandera de nuestro deporte, ejemplo para los niños de aspectos tan importantes en el deporte como el afán de superación,la fortaleza mental, la humildad y la lucha continua, o Pau Gasol, campeón NBA, o Fernando Alonso, nuestras chicas de la sincronizada, nuestros Dani Pedrosa y Lorenzo, una vez y otra también subidos al cajón de las victorias, nuestros futbolistas, catalogados como la mejor selección del mundo, los Iker, Xavi, Iniesta y compañía.
Estamos viviendo la Edad de Oro del Deporte español que seguro que derivará en nuesvos campeones futuros ya que éstos son espejo de los que vienen.
Pero quisiera hacer una reflexión a propósito del reciente éxito en el Tour del mejor ciclista del mundo que, fíjense, por casualidad es español también.
Se trata de un ciclista con unas condiciones extrordinarias llegando a completar las mejores virtudes de los contrarrelojistas, los escaladores y los llegadores, todo un campéon que unido a su juventud, seguro seguirá dando glorias a nuestro deporte.
Pero, qué me dicen del Sr. Armstrong, ídolo del deporte mundial hasta su retirada del ciclismo. Su palmarés no podía ser más espectacular, 7 Tours saliendo de una enfermedad maldita como un cáncer. Pero todo el crédito que se ganón con su esfuerzo en las carretera y los valores que trasladón al mundo lo ha perdido al no aceptar la derrota ante otro deportista. Tan importante en el deporte es hacer un esfuerzo por llegar a la cima como reconocer la derrota y hemos visto que Armstrong no estaba preparado para la derrota. Lo siento Armstrong, váyase usted a casa y contemple desde la tele los éxitos de alguien a quien usted debería aplaudir como un deportista.
Tampoco quiero olvidarme de la penosa, incluso me atrevería a decir malintencionada maniobra de la organización del Tour en la ceremonia de la entrega de premios poniendo el himno de Dinamarca. Sé de primera mano que allí duele mucho los éxitos del deporte español. Así que nuestros vecinos del otro lado de los Pirineos debería tomar ejemplo de los grandes eventos que hemos organizado aquí en España (Exposiciones Universales, Cumbres, Mundiales o Juegos Olímpicos) y no hacer un esperpéntico ridículo como hace pocos días.
1 comentario:
Estoi totalmente de acuerdo contigo
que inportante es la palabra HUMILDAD tan olvidada en estos tiempos pero no te preocupes que quien siembra VIENTO RECOGE TEMPESTADES ENHORABUENA CAMPEON
ALBERTO CONTADOR
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